El nuevo centro de salud de Sant Antoni ubicado junto a la estación de autobuses abrió ayer sus puertas. | MARCO TORRES

Los vecinos de Sant Antoni recibieron ayer con satisfacción las nuevas instalaciones del centro de salud que se ha puesto en marcha. «Está muy bien. El personal es muy amable. Sant Antoni ya lo necesitaba», comentaba ayer un pensionista. Los vecinos hacian todo tipo de comentarios acerca del nuevo centro como que «está todo bien indicado y no es tan soso como el anterior»; otros se referían a la distancia señalando que «está bien pero un poco retirado», confesaba una vecina de Caló des Moró, lugar en el que estaba ubicado el anterior centro. El nuevo se encuentra cerca de la estación de autobuses en una zona en la que no hay tanta población alrededor como el antiguo pero con mejores conexiones para los vecinos de Cala de Bou y Ses Païsess los que también atienden. Otros, con más énfasis, le comentaban al personal lo que se había ganado con el cambio, como relataba Ana López, una enfermera: «Me decían ¡qué bonito, señorita, qué limpio y grande está todo».
Desde noviembre se trabaja en el montaje del nuevo centro. El personal realizó la mudanza el sábado trasladando sus pertenencias personales pero ayer todavía había trasiego de cajas y de material. «Estamos terminando de desmontar el otro, sacando el material fungible y la medicación que se necesitaba hasta el viernes», comentaba ayer la directora de Enfermería, Isabel Zaldivar, que estuvo en el centro de salud supervisando el traslado. El SUAP, el servicio de urgencias, empezó a funcionar por la tarde en su nueva ubicación.
Con estas instalaciones se gana espacio ya que en el antiguo, sin posibilidad de crecer, los médicos de mañana y tarde compartían despacho. Ahora cada uno dispone de una consulta dotada de material «Todo es la última tecnología, no hay color», comentaba Zaldívar.
Un administrativo permaneció ayer en el centro viejo para indicar a los pacientes la nueva ubicación. Victoria Lilló, coordinadora de administrativos, relataba que pese a lo que conlleva una mudanza «ha funcionado todo bien, por ahora». Ante el cambio de ubicación, reconoce que «los vecinos lo van a notar, nos dicen que está muy lejos». Otra de las dificultades es el el acceso , un poco estrecho, para el paso de ambulancias.
Espacio y efectivos
El centro de salud antiguo ha funcionado durante 18 años. El municipio ha crecido bastante en estos últimos años. «En 1996 atendíamos a 20.000 personas en invierno y ahora 30.000, esto implica que hace falta más personal sanitario. Cuando se hizo en 1992 era grande pero se ha quedado pequeña y teníamos los problemas de compartir el espacio físico. Casi nos solapábamos las consultas, como en las casas en las que los hermanos comparten habitación», apuntaba la enfermera Ana López.
Pese a la mejor infraestructura, los usuarios se quejan de las listas de espera. como es el caso de Remedios. «Tengo al niño con el ojo malo desde octubre y mo e dan cita hasta el 17 de marzo. El problema gordo es la lista de espera», se lamentaba.