Las torrijas son uno de los dulces más consumidos durante Semana Santa. | Marco Torres

En la pastelería La Canela de Eivissa llevan dos semanas trabajando en la campaña de postres de Semana Santa, pero es en estos últimos días de celebraciones litúrgicas cuando el ritmo de trabajo se acelera hasta el punto de hacer cerca de 500 torrijas diarias. Y en cuanto a las monas de Pascua, la cifra es incalculable: «Hacemos muchas, muchísimas. Sobre todo lo que son figuras de chocolate, aunque también hay tartas en las que se montan conjuntos con conejitos o huevos, por ejemplo», asegura Gonzalo González, propietario de esta pastelería.

A los tradicionales huevos y conejos de Pascua se le suman las modas que siguen los más pequeños. Este año triunfan la gatita más popular, Hello Kitty, y los coches de Disney, Cars.Y antes de hincar el diente, ese tesoro de chocolate tiene que entrar por la vista. Es en este punto donde entra María Eugenia Pérez, también propietaria de esta pastelería, que emplea toda su imaginación y buen hacer en decorar el tradicional dulce de Semana Santa con lazos, peluches o papel de flores, por ejemplo. «Creo que soy creativa. Antes sí que tardaba más en hacerlo, pero, como todo, es cuestión de práctica. Ahora tardo unos cinco minutos en montar una mona», asegura.

Y en cuanto a las torrijas, para que queden perfectas es necesario emplear un pan especial: «Es más flexible, muy absorbente y también se vende además de utilizarse para hacer este postre de Pascua», asegura González. Tras el día de reposo, la masa se moja en leche. «Más tarde las aromatizamos con limón, se dejan escurrir, se pasan por huevo, se fríen, se escurren otra vez y llega nuestro toque personal. Las pasamos por un almíbar que las vuelve más jugosas y las deja más caramelizadas en el exterior», concluyó.