La asamblea de Mallorca de Esquerra Unida (EU) abrió ayer la puerta a la desaparición de esta organización tal como hoy se la conoce y propuso el nuevo nombre que tendrá que ser ratificado en una asamblea interinsular: Esquerra Alternativa i Verda.
La nueva organización se federará con Izquierda Unida, que también está en proceso de refundación y de cambio de siglas, pero mantendrá una autonomía más que relativa en la toma de decisiones y podrá decidir sobre sus pactos electorales.
La mitad de la dirección actual EU no asistió a la asamblea; tampoco la práctica totalidad de los cargos públicos, que han protagonizado un proceso secesionista para continuar por su propia a cuenta el proceso de refundación desde la corriente interna Esquerra21, que lidera la consellera Fina Santiago y que discrepa de la relación federal con IU que ayer quedó incorporada a los estatutos de Esquerra Alternativa i Verda.
También Esquerra21, o 'los finos', como se les conoce en el argot interno, apostaban por ese nombre para el partido que están preparando y que convergerá con el PSM y Els Verds. Una representante de Esquerra21 afirmó al conocer que 'los federales' habían propuesto el nombre de Esquerra Alternativa i Verda que no era problema y que buscarían otro.
Cargos no, dinero sí
La ausencia de Esquerra21 y del grupo constituido por el hasta hace tres días coordinador de EU, David Abril, no impidió el debate, pero se planteó en otros términos a lo que hubieran hecho los dos grupos ausentes. Nadie cuestionó ni la 'federalidad' con la actual Izquierda Unida ni tampoco se aludió para nada al nacionalismo. El peso de la crítica, que en algún momento casi hizo perder los nervios a Manuel Cámara (que actuó como portavoz del grupo mayoritario y de la ponencia oficial) llegó de la mano del grupo más radical, el movimiento de la 'tercera lista' o 'tercera vía' cuya líder visible es Ernesto Baleto. Las tesis de este grupo están próximas al movimiento alternativo, con tintes anarco -comunistas y trotskistas.
Así, la mayoría de sus propuestas, algunas aceptadas, eran para romper la estructura burocrática de la organización. Propusieron la supresión de la figura del coordinador general y una dirección totalmente colegiada.Llegaron a proponer, pero no se aceptó, que un solo militante pudiera convocar la asamblea.
La asamblea, pese a los intentos de algún asistente de suscitar el debate, prácticamente pasó por encima del 'conflicto' provocado por la marcha de la práctica totalidad de cargos públicos encabezados por Fina Santiago.