Parte de los pequeños cocineros con su profesora, ayer, durante el curso. | Marco Torres

Andrea, de 13 años, María, de 10 y Paula, de 12, batían ayer con mucha destreza la mezcla de mango y melocotón para convertirlo más tarde en una suave y deliciosa mousse de frutas. «Esta semana hemos cocinado crema de melón con jamón, crepes con requesón y miel, ensalada de frutas, pollo con patatas y salsa verde, ensalada pagesa y brownie de chocolate, por ejemplo», explicaba Andrea, que de mayor quiere ser cocinera profesional.

Ellas y el resto de sus compañeros participan hasta hoy en un curso de cocina organizado por el restaurante S'Ametller para que los más pequeños aprendan a hacer la compra, desenvolverse a la hora de cocinar, poner la mesa y, por último, disfrutar de lo que ellos mismos han preparado con sus manitas. «La idea es que prueben todo tipo de alimentos que aparecen en la pirámide alimenticia, como pescado, carne o verduras. Aquí no vale el 'no me gusta', primero que lo hagan y después que lo prueben, así pueden decir si está bueno o no. Abarcamos todo el proceso, desde la compra de la materia prima para cocinar hasta que se convierten en platos deliciosos», explicó Marga Orell, cocinera del restaurante y maestra de los niños.

Así, durante toda esta semana estos aprendices de cocineros han salido todas las mañanas a comprar al mercado, a la carnicería y a la frutería, por ejemplo. Más tarde se ponen el delantal y el gorro para empezar a dar forma a platos tan buenos como crema de melón con jamón, brocheta de lenguado con arroz o una riquísima tarta de manzana.

«Lo más difícil para mí fue pelar las patatas. También resultó complicado los primeros días, cuando intentamos cocer la masa para hacer pan», explica Asier, de 10 añitos, al que no le gustaría dedicarse profesionalmente a la cocina, pero sí preparar platos en su casa.

Estos cursos tienen lugar todas las semanas hasta el próximo mes de septiembre.