Aspecto que ofrecía ayer la obra del Conservatori.

La instalación de una barandilla, el cerramiento de vídrio en el aula de danza y forrar de madera las escaleras. Esas son las actuaciones pendientes para acabar las obras del Conservatori d'Eivissa que, pese el compromiso del conseller d'Educació, Bartomeu Llinàs, en la visita a las obras que hizo el pasado mes de abril, impedirán que se inicie el curso en septiembre.
Llinàs reconoció en aquella visita que había desavenencias económicas con la constructora pero confiaba en llegar a un acuerdo con Acciona Infraesctructuras. Un portavoz d'Educació aseguró ayer que «están en conversaciones» con la empresa para poder acabar las obras pero, de cara al inicio del curso escolar, no estarán todavía. No obstante, Educació, confía en que el primer trimestre del curso pueda empezar a funcionar.
Las desavenencias económicas también son un obstáculo en el caso de la construcción del segundo instituto de Sant Antoni aunque la situación es peor ya que Educació está a la espera del informe del Consell Consultiu sobre la rescisión de contrato con la constructora del centro, cuyas obras están paralizadas por un desacuerdo económico que se eleva a 815.000 euros.
A Sant Antoni no le quedan sólo detalles como en el caso del Conservatori sino que las actuaciones pendientes son muchas más: acabar las instalaciones de electricidad, climatización, fontanería y medidas contra incendios. Tambien faltan trabajos de carpintería metálica, cristalería y finalizar los exteriores, además de los remates de la última fase de la obra.
El Consell Consultiu es la máxima autoridad consultiva en el territorio de la comunidad autónoma, que actúa de filtro de legalidad y control jurídico previo sobre las materias que indica la ley.

Aulas modulares para Sant Antoni
Los alumnos del Conservatori seguirán esperando en las instalaciones del centrio polivalente de Cas Serres hasta que se resuelvan las diferencias entre la empresa y la constructora para acabar y hacer la entrega de la obra. En Sant Antoni, sin embargio, se ha tenido que recurrir a seis aulas modulares para acoger a los alumnos. El centro deberá acoger a 641 alumnos en el turno de mañana y otros 126 de ciclos formativos en el turmo de tarde.