James Murphy al micrófono junto a Pat Mahoney batería de la banda.

El escenario de Ibiza Rocks estaba cubierto por decenas de sintetizadores, teclados e instrumentos de percusión de lo más variado. En algunos momentos de la actuación los cinco componentes de LCD Soundsystem llegaban a ser siete músicos, que incluso, de un tema a otro se intercambiaban los instrumentos.
James Murphy, vocalista, además de hombre orquesta y miembro fundador del grupo junto a Tim Goldsworthy, llegó al escenario vestido de blanco para poco a poco, con cada tema, hacerse totalmente con el público. El sonido de esta banda, de origen neoyorquino, se aleja mucho de los grupos que suelen pasar por el escenario de Ibiza Rocks; la formación dejó claro que, aunque tienen un sonido propio, posee influencias de bandas como Suicide o New Order. El tono y la cadencia de la voz de James Murphy que en ocasiones recita en lugar de cantar, llega a parecer el de un predicador que ofrece sus enseñanzas y consejos a un público más que animado y bailón. Incluso se atrevió a coquetear en un par ocasiones con el heavey.
El concierto comenzó con un Time to get away, del segundo álbum, Sound of Silver, que sirvió para calentar el ambiente y empezar a arrancar algún contoneo de cadera. El segundo tema del directo, un movido Drunk Girls, del último LP de la banda, This is happening; hizo presagiar lo que se venía encima. No faltaron temas como Get innocuos, remezclado por Soulwax, Bye bye bayou, una versión de Suicide que el dúo originario editó como sencillo el año pasado y con el que rozaron su faceta más experimental y 'ruidista' explotada hasta el final de su concierto. Tampoco faltó uno de los temas más populares de LCD Soundsystem All my friends, que Murphy dedicó a unos amigos que se casarán en breve.
Los momentos álgidos del concierto llegaban con temas como Yeah, Tribulations o Daft Punk is playing at my house, todos de su primer álbum homónimo, publicado en 2005, y que se han convertidos en grandes hits de esta banda. El público no dejaba de bailar los ritmos pegadizos y los cambios de tiempo de los temas que en directo superan el gran trabajo que hacen en el estudio.
Para despedir, una emotiva New York, I love you but you're bringing me down, de su segundo albúm, que concluye con una arranque de locura colectiva.