El alcalde José Sala Torres, en su despacho del Ayuntamiento de Sant Antoni durante el desarrollo de esta entrevista. | Marco Torres

- ¿Cómo califica la convivencia entre vecinos del pueblo y el tipo de turismo de la localidad?
-Diría que se trata de un tema bastante recurrente. Tenemos en verano un mes y medio, máximo dos meses, en que esto se reproduce año tras año porque la gente que nos visita, derivado también del tipo de establecimientos y del tipo de hoteles que tenemos, es mucha y joven. Eso produce que en determinadas zonas haya una aglomeración importante y ningún ayuntamiento tiene la posibilidad de dimensionar sus servicios de tal forma que se puedan prever esas aglomeraciones puntuales.
Dicho esto, creo que la convivencia es buena, mucho mejor de lo que se deriva de las informaciones públicas y de los sucesos. Quiero dejar constancia de que las cosas que ocurren en Sant Antoni tienen un dimensionamiento por parte de los medios de comunicación distinto y muy superior a si ocurre en otro lugar, y no sé por qué. Tal vez porque tiene más morbo, o no sé exactamente por qué. Y también creo que la gente, lo que no quiere, es que deje de venir turismo. En este momento es imposible prescindir del turismo joven. Nosotros siempre luchamos por la diversidad, que significa acoger, como así ocurre, otro tipo de turismo distinto del joven, pero hoy por hoy, no creo que podamos prescindir del turista joven ni creo que la gente lo quiera.

-¿Recomendaría a un amigo o familiar que comprara un piso en alguna de las calles del West End o en las aledañas? ¿Tiene el Ayuntamiento algún proyecto a medio o largo plazo para sacar este problema del centro de la localidad o piensa que este problema 'puntual' se solucionaría haciendo cumplir las ordenanzas a base de policías?
-Empezando por lo último. Trasladar un núcleo de estas características a las afueras de la población no es buena idea, ni ha surtido efecto en ningún lugar en que se ha intentado, sea con prostitución o con otras cosas. Muy al contrario, se han convertido en guetos dominados por mafias donde la delincuencia se ha visto aumentada con respecto a lo que aquí ocurre; porque quiero destacar que hay ruido, hay gente por la calle, más suciedad de la que quisiéramos, pero escasa delincuencia: pequeños hurtos, más en los entornos que en el propio lugar.
Por tanto, no hay ningún plan para sacar ese núcleo de aquí. Lo que sí hay es la idea de que hemos de acentuar al máximo el control y cumplimiento de las ordenanzas y se hace un trabajo espectacular en esa materia. El concejal de Gobernación ha dado en los últimos días las estadísticas y se hace un trabajo espectacular que nunca es suficiente.
Por eso quiero decir que las otras instituciones implicadas tampoco han colaborado excesivamente:_tenemos diez policías menos que el año pasado. No hemos podido cubrir las plazas porque no ha habido curso del EBAP. Hemos reivindicado una comisaría de policía conjunta con Sant Josep que ha sido rechazada por el Congreso, por el PSOE, y quiero decir que, por ejemplo, el día de la Feria Medieval en Eivissa pude ver que había no sé cuántas patrullas de policía nacional, ocho o diez. Si eso ocurriera en el West el problema estaría solucionado.
En cuanto a la primera cuestión, he vivido toda mi vida en el West hasta hace cuatro años. Toda mi vida. Mis hijos han nacido en el West, han crecido en el West.

-¿Considera que es el ambiente adecuado?
-Considero que algunos quieren magnificar el problema y que no es tal. Mis hijos han nacido, crecido y vivido en el West y nadie ha tenido ningún problema, afortunadamente. Tal vez por suerte, pero como los míos ha habido muchos. Lógicamente, en un sitio en el que se genera esa cantidad de ruido la gente tiende a irse a vivir a otro lado, pero es la misma gente que tal vez tiene un local y prefiere tener un local que un piso.
Yo no tendría ningún inconveniente, de hecho tengo algún piso en el West, pero ya digo: he vivido hasta hace cuatro o cinco años encima del Playboy, en el núcleo principal, e insisto en que hay una avalancha de gente terrible, lo mismo que ocurre en otras zonas de la isla, donde no se magnifica tanto y que, lógicamente, no voy a recomendar a nadie que vaya a vivir a un sitio que puede tener ruido, que puede tener un problema, pero hay mucha gente que vive y no pasa nada.
Y a mí, particularmente, no me importaría para nada volver a vivir allí. De hecho no me fui por ninguno de esos motivos, me fui porque todo el mundo intenta mejorar y ahora vivimos en una casa, pero no por esos motivos. No niego el problema, sé que hay mas ruido del deseable, que hay más avalancha de gente de la deseable, pero hay mucho trabajo policial, y la mayor parte de los locales se han insonorizado adecuadamente. Denuncias por ruido tenemos cuatro o cinco, puntuales, pero no global.
El problema más grande quizá, hoy en día sea, la gente que está en la calle, la que anda por la calle. Y se está trabajando. Pero no digas a los empresarios y a los trabajadores que no venga tanta gente. Es que estamos en un problema contradictorio: por un lado se quiere que venga mucha gente y por otro vivir como si no fuera así.

-El teniente de alcalde y usted tienen locales en estas zonas de Sant Antoni. ¿Qué se sienten más, empresarios del West o servidores públicos?
-Eso no es así. Joan Pantaleoni (teniente de alcalde) tenía, y tiene, y yo no tengo, (locales) en el West. Tengo uno alquilado en lo que había sido mi casa de toda la vida, y tengo un restaurante que tenía con mis hermanos y me queda un porcentaje. Eso es lo que tengo en el West, así que yo no me siento para nada empresario de la noche, ni del West, ni lo he sido nunca, ni lo he trabajado nunca. Lo que tenía era un restaurante. Ahora lo llevan otros y yo mantengo un porcentaje. Pantaleoni no los tiene de ahora, los tiene de antes de ser político. Él entró en política siendo propietario de estos locales y no ha hecho nada por incrementar su presencia, ni muchísimo menos.

-¿Se multan ustedes a sí mismos cuando es necesario?
-Por supuesto que nos multamos a nosotros mismos, absolutamente.

-¿Se ponen ustedes denuncias por ruido?
-Por supuesto, las denuncias que haya habido, yo no las voy a controlar, pero las denuncias que haya habido se han tramitado exactamente igual que las demás y no hay excepción con nadie (...) pero la gente ha hecho los deberes, obras en sus locales. Estás al lado y no oyes ruido de música.
Para acabar de lo que decía de Pantaleoni, simplemente tiene una propiedad ahí de toda la vida, una propiedad familiar, negocios que están todos dentro de la legalidad y, si algún día incumplen alguna cosa, pues recibe su sanción como cualquier otro. Es rotundamente así.

-El concierto que se celebró en Ibiza Rocks y que se retransmitió por BBC Radio One fue un éxito de público. Más de 4.000 personas acudieron a un hotel con un aforo mucho menor. También fue un gran éxito de público la macro fiesta que organizó el Ayuntamiento en Cala Gració, al aire libre. ¿No teme que en un evento de estos ocurra algo grave por exceso de personal?
-Con respecto a la que organiza el Ayuntamiento le digo lo de antes: la queja es recurrente y políticamente interesada. Es lógico y obvio que en las fiestas se organiza algún acto que se sale de lo normal y que hace más ruido de lo normal, y esto está generalmente aceptado por todo el mundo. No hay ningún pueblo de España en que no haya concierto toda la noche una semana de fiestas. Organizamos una fiesta en Cala Gració con licencia de Costas. Por tanto, nada de un espacio natural ni nada que se le parezca. Es una fiesta destinada a los jóvenes de Sant Antoni a la que luego, si tiene éxito, se juntan turistas y otra gente, y nosotros, por más que la oposición se empeñe, creemos que es un éxito y nadie protesta salvo los políticamente interesados. Creo que se debe mantener.
En cuanto al Ibiza Rocks, si hace alguna cosa con respecto a aforos o algo que no cumpla con la normativa, si han de asumir alguna responsabilidad, la tendrán que asumir. Ibiza Rocks es un programa muy interesante para Sant Antoni. Se ha apoyado más desde el Consell que desde el Ayuntamiento, porque teníamos nuestros temores. Se han adaptado las instalaciones y se celebra una fiesta que tiene un atractivo muy importante y de calidad. Quiero recordar que echamos de Eivissa a la MTV, que es la fiesta musical más importante que se celebra, y no creo que haya sido beneficioso. Y pienso que hemos de tratar que se implante Ibiza Rocks y se mantenga, porque es una actividad musical de calidad. Es en lugar privado, tiene una licencia y si tenemos un problema de aforo habrá que mirarlo. También supongo que es puntual, cuando tienen alguna actuación exitosa.
Ese mismo problema lo tenemos en todas las discotecas y en algunos bares y es un aspecto bastante difícil de controlar. Que yo sepa, en Eivissa nadie está controlando los aforos de las discotecas. Espero que no ocurra nada, porque en la de Cala Gració se cumplían todos los parámetros de seguridad: protección civil, ambulancias, vigilancia... Y me consta que en Ibiza Rocks también. Ahora, tal vez a pesar de esto se pasaron del aforo y esto no se lo puedo decir. Por ejemplo, viene Radio One: ¿conviene dejarle hacer algo en Sant Antoni o es preferible que se vayan a otro sitio, que es lo que harían.

-Nadie discute la pertinencia de Ibiza Rocks. Sólo preguntaba por el aforo.
-Pero es que el tema del aforo, si realmente empieza a causar algún problema, pues habrá que ponerse de acuerdo todos. Pero repito: todos, toda Eivissa. No puede ser que en Sant Antoni, con una trabajo terrible y difícil empecemos a controlar el aforo de Amnesia y el aforo de Pacha siga sin controlarse, porque entonces se te echa encima todo el mundo.

-En los últimos tres años siete policías locales se han marchado de Sant Antoni a los retenes de Santa Eulària y Vila, lo que supone el 15% de la plantilla, y son más los que lo están intentando.
-Supongo que en Sant Antoni tienen más trabajo que en Santa Eulària o cualquier otro sitio. Bueno, en cualquier otro sitio no, porque abundando en alguna de las preguntas anteriores, por ejemplo en Vila tienen más o menos el mismo trabajo, pero se han desligado completamente de hacer trabajos que corresponden a otras fuerzas y cuerpos de seguridad. También ha habido algún policía que ha venido de otro lado porque le ha gustado más la actividad que la inactividad, pero imagino que los que se van piensan que allí estarán un poco más tranquilos, porque ganan lo mismo y, precisamente aquí, como hay más trabajo, tienen la posibilidad de hacer alguna hora extra y de cobrar algo más.