Los trabajadores enarbolaban varias pancartas en la concentración de protesta. | ESTEVE FRANQUESA

Alrededor de medio centenar de trabajadores del hospital residencia asistida de Cas Serres protestaron ayer pidiendo más estabilidad en la plantilla y rechazando externalización de servicios como el de la limpieza. «¡Empresas fuera, empleo público!» es el lema que coreó el grupo, la mayoría de la limpieza aunque también había representaciones de otras categorías de trabajadores. La concentración, que no duró más de diez minutos, finalizó con un aplauso de los trabajadores.
El personal de limpieza reivindica que los contratos de acumulación de tareas pasen a ser interinos para figurar dentro del bolsín de contrataciones. De hecho, aseguran que ahora se acaban las contratos de acumulación, unO a finales de agosto y otro en septiembre, y no hay personal para la segunda planta, «en los que están las personas en estado más delicado», dice una de las trabajadoras. No obstante, Enric Roca, delegado de UGT en el Consell, precisó que la consellera de Política Social, Patricia Abascal, a través de un técnico, «nos hizo llegar la noticia de que se habían formalizado los expedientes para continuar a final de año los contratos temporales; estamos muy contentos pero seguimos reivindicado de que se tienen que convertir en interinidades».
Incomprendidos
El personal afectado lamentaba que les dijeran «que no se iba a cubrir esas plazas porque no había dinero y si lo hacían era una empresa, que para eso sí había dinero». «Hemos hecho exámenes y llevamos muchos años. No entendemos porqué nos tenemos que quedar fuera», prosiguió una trabajadora. «El gremio de la limpieza es imprescindible, pero somos el último mono», se lamentó otra de sus compañeras.
Roca recordó ayer que «en las mesas de negociación reivindicamos que las contrataciones temporales se conviertan en definitivas porque hacen falta y nos dieron la espalda»· El lunes tendrán una reunión para «dar un margen al Consell» aunque no descartan más movilizaciones si no el Consell no ofrece soluciones. «No nos vale que nos convoquen para decirnos que está en crisis», advirtió Roca.