El Ayuntamiento de Eivissa presentó ayer de forma oficial su proyecto para instalar 135 amarres ecológicos en las playas de Talamanca y ses Figueretes, una propuesta que ya avanzó este periodico.
La inciativa, incluyendo la instalación y el mantenimiento de los anclajes durante ocho años, supondrá un coste estimado de tres años. Para sufragarlos, las boyas de amarre serán gestionados por una empresa privada que obtendrá beneficios a través del cobro de cuotas. Al igual que en los puertos deportivos, se establecerá una tarifa anual para usuarios habituales (también conocidos como 'de base') y otra de verano que, a su vez, se dividrá en tramos según se trate de temporada alta, media o baja.
El proyecto ha sido enviado ya a Demarcación de Costas para que lo estudie y proceda a su autorización. La alcaldesa, Lurdes Costa, que presentó ayer este proyecto junto al concejal de Medio Ambiente, Joan Rubio, mostró su convencimiento de que el organismo dependiente de Medio Ambiente conceda el permiso y que este mismo verano se pueda poner en marcha.

Seguridad y ecología
El motivo de este proyecto es que «en estas playas existe una gran tradición de dejar las embarcaiones sin ningún tipo de control e invadiendo la zona de baño, con el peligro que ello conlleva», apuntó Costa. «Al tener esta configuración tan cerrada, de aguas tan tranquilas, es un lugar ideal para dejar los barcos, al mismo tiempo, se trata de evitar la progresiva degradación de las praderas de posidonia que con la tirada del ancla y el arrastre de las cadenas produce una herida en las praderas contínuamente», amplió la alcaldesa, que concluyó que así se contribuye a evitar la construcción de nuevos puertos deportivos para dar cabida a la demanda de puestos de atraque en la Isla.
La distribución de los amarres será de 80 unidades en ses Figueretes, de entre 12 y 30 metros; y el resto en Talamanca de entre cinco y diez metros, debido al menor calado de esta zona.
El mecanismo del desipostivo se basa en la ubicación de boyas fijadas al fondo marino. Los barcosque desean fondear en la zona se amarran a las boyas y así se evita que tengan que arrojar el ancla.