Tarrés durante su mensaje de Fin de Año, televisado por la TEF.

El presidente del Consell d'Eivissa, Xico Tarrés, realizó este jueves su discurso de Fin de Año, una alocución en la que no hizo anuncios concretos de nuevas inversiones o proyectos y en la que lo más destacado fue el moderado optimismo sobre la economía y el tono insularista.
El presidente se mostró convencido de que «2011 será un año decisivo porque los ibicencos deberemos decidir si queremos que, de una vez por todas, esta sea una isla de primera, con los mismos servicios y prestaciones que el resto». «Los últimos años desde la aprobación de la reforma del Estatut hemos avanzado, y mucho, hemos logrado grandes inversiones y un reconocimiento institucional como nunca habíamos tenido pero no es suficiente, Eivissa merece más», añadió.
Este insularismo lo concretó Tarrés en un deseo para el nuevo año, en la línea con lo expresado como condición para encabezar las listas socialistas en las elecciones: «La mejora de la financiación y el incremento del autogobierno deben dar en 2011 el salto definitivo. No debe quedar sujeto a cambios políticos. Debemos asegurar, definitivamente, el progreso y el futuro de la isla».
Las elecciones también estuvieron presentes en el discurso al apuntar Tarrés su «deseo de que el debate sea enriquecedor y provechoso, que busque la participación y que genere confianza».

Crisis económica
Las dificultades económicas centraron parte de los algo más de tres minutos del discurso. «Mi principal preocupación siguen siendo las personas que se encuentran sin trabajo y las familias que tienen dificultades para llegar a fin de mes», empezó, para añadir que «hemos demostrado que somos capaces de superar los momentos difíciles.
«Hace un año os pedí confianza en que podríamos iniciar el camino de la recuperación y, afortunadamente, ha sido posible. En 2010 hemos recuperado el turismo, hemos vuelto a crecer, a generar actividad económica y a crear puestos de trabajo. Y estamos en el camino de asegurar que la próxima temporada turística será todavía mejor», dijo.
Sa Coma, las carreteras proyectadas, la Comandancia o las escoletes aparecieron en el discurso junto a las obras de puerto, aeropuerto y nuevo hospital como actuaciones que demuestran que «trabajamos para impulsar la inversión pública».

Trabajadores públicos
Estos asuntos fueron tratados después de que Tarrés agradeciera la labor de los bomberos y de todos los que lucharon contra el fuego en Benirràs. También elogió la labor de los funcionarios públicos (a los que se les ha rebajado el sueldo) «que permiten que esta isla funcione, que funcione bien».
«Deseo, en definitiva, que este año nuevo podamos seguir avanzando hacia una Eivissa fuerte y unida, porque somos una gran isla», finalizó Tarrés su discurso.

Antich pronostica una «humilde remontada»
El president del Govern lanzó ayer un mensaje optimista de cara al 2011, pronosticó una «humilde remontada de la economía» y aseguró que con el esfuerzo de todos se llegará al final de la crisis.
En su mensaje de Fin de Año, Antich reconoció que el año 2010 «lo hemos empezado muy mal, pero lo terminaremos con unas previsiones de empuje, con un crecimiento en positivo en nuestra Comunitat Autònoma». «Es una buena noticia crecer en positivo porque puede tener el efecto de crear puestos de trabajo», subrayó.
Para Antich, «esta remontada de la economía, humilde remontada, es gracias al esfuerzo de mucha gente, de toda nuestra colectividad». «Esta Comunitat Autònoma es una de las que más trabajo ha dado a su gente en 2010», recalcó el jefe del gabinete autonómico.
Antich defendió que Balears será «una de las primeras comunidades autónomas en salir sólidamente de la crisis económica». «Es verdad que queda mucho camino por hacer, pero el que nunca empieza nunca acaba. Estamos en una buena dirección», añadió el president del Govern.
El president defendió que su gabinete ha prorrogado «unos presupuestos austeros» y aseguró que sería difícil encontrar otra legislatura en la que el Ejecutivo ha puesto «al alcance de los ciudadanos tantas inversiones». «Cuando la iniciativa privada está paralizada, las instituciones deben impulsar la economía», aclaró Antich.