El artista, en una imagen promocional de su última producción.

Actuó en Eivissa por primera vez en 1960 y desde entonces vuelve siempre que puede por motivos de trabajo, «aunque para bañarme en verano siempre voy a Benidorm», precisa Manolo Escobar que presenta su última producción De Manolo a Escobar este viernes a partir de las nueve y media de la noche en el Palau de Congressos, ubicado en Santa Eulària. Superado el cáncer de colon que le diagnosticaron el año pasado, el cantante regresa a la isla para ofrecer un repaso por algunos de los temas que han pasado de generación en generación, como Mi carro, La minifalda, Y viva España. «Escobarista tremendo» como él mismo se define, asegura que el del viernes será un concierto muy especial, divertido, lleno de emoción y, por supuesto, para todas las edades.

-La pregunta es casi obligada, ¿cómo se encuentra de salud?

-Estoy bien si no, no vendría a Eivissa. Me considero una persona fuerte porque a pesar de los años que tengo sigo trabajando como he hecho en toda mi vida.

-Hay dos facetas en su espectáculo, la más íntima y la más tópica. ¿Qué se siente, más Manolo o más Escobar?

-Las dos partes no se diferencian mucho porque tienen canciones muy populares. No me siento más una parte que otra porque las dos son de recordar y recordar siempre es bonito.

-Si le pido que eliga sus canciones favoritas...

-Es cierto que podríamos haber incluido veintitantas más, pero el director del espectáculo creyó que esas serían las más representativas. Le digo una cosa: soy un Escobarista tremendo; me encanta Manolo Escobar y todas sus canciones, por eso no puedo elegir, porque las quiero a todas por igual.

-Trabajó muchos años en fábricas de Barcelona, ¿le cantaba a sus compañeros?

-Soy un trabajador nato: he sido ebanista, he trabajado en siderurgia y muchas más cosas. He hecho de todo y además he cantado durante toda mi vida. En la fábrica mis compañeros estaban encantados cuando cantaba y siempre me decían 'canta más' porque así el trabajo era ameno.

-Y de jubilación, nada de nada, ¿no?

-El pensamiento de jubilación no va conmigo. Ni me lo planteo y eso que tengo 79 y casi metido en los 80. Para mí hay dos cosas importantes en la vida: la familia, que es lo principal, y el trabajo, que también es muy importante. Si la gente acepta lo que le doy, qué le vamos a hacer, seguiré trabajando.

-¿Sigue tocando el laúd?

-Empecé a tocar el laúd con nueve años. Cuando cumplí 14 nos mudamos a Barcelona y ya dejé de tocarlo. He tocado otros instrumentos, pero no de cara al público; no son instrumentos que se puedan saber [comenta entre risas].

-No es su primera actuación en la isla, ¿cómo le responde el público ibicenco?

-Siempre muy bien; se entrega mucho. ¿Usted que edad tiene? Antes de que naciera yo ya había estado en Eivissa unas cuatro veces actuando en el teatro y en la plaza de toros. En el 81 rodamos la mitad de la película ¿Dónde estará mi niño? en Eivissa, que es una isla muy atractiva, alegre y simpática. Siempre que vengo es por trabajo porque cuando tengo que bañarme lo hago en Benidorm.

-¿Qué siente en un concierto cuando, por ejemplo, ve a una madre y a su hija de diez años cantando 'Mi carro'?

-Son canciones que han cantado las abuelas, las madres y ahora las cantan las niñas. Eso me alegra muchísimo y me emociona.