Desde hace años Joan Costa trabaja como fotógrafo freelance para varias publicaciones especializadas y clientes como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). A través de este organismo fue como le llegó quizá una de las mejores oportunidades profesionales de su vida: ser el fotógrafo oficial de la expedición Malaspina, que arrancó en diciembre del año pasado y concluirá en julio de 2001 después de recorrer con los buques 'Hespérides' y 'Sarmiento Gamboa' cerca de 77.777 kilómetros con la intención de explorar su biodiversidad y evaluar el impacto del cambio global en el ecosistema marino, sobre todo en el océano profundo. Este proyecto interdisciplinar pertenece al programa Consolider del Ministerio de Ciencia e Innovación de España y cuenta además con la financiación de la Fundación BBVA.

«Hasta el momento he estado documentando las actividades que se llevan a cabo en los puertos y la exposición que hay a bordo», asegura Costa, quien se embarcará en marzo en Sidney para documentar en imágenes el trayecto hasta Honolulú pasando por Auckland. «Antes de que arrancara el proyecto hicimos un estudio sobre las necesidades de imagen de la expedición y decidimos documentar gráficamente esta parte de la expedición porque el día a día en el barco suele ser bastante rutinario. La etapa en la que me voy a embarcar, la del Pacífico, es de las más interesantes», precisa Costa, quien se está preparando a nivel laboral y psicológico para vivir en el buque Hespérides durante casi 40 días.

«Estoy comprando equipos nuevos para macrofotografía y ya he hablado en puerto con varios compañeros que han estado a bordo; me han dicho que el día a día se pasa rápido porque estás trabajando, pero claro, es un lugar pequeño para tantas personas». Y añade: «Estoy muy ilusionado con esta oportunidad y espero que marque un antes y un después en mi carrera. Supone algo que no había hecho hasta el momento y eso me ilusiona mucho».

Uno de los objetivos más ambiciosos de esta expedición, dividida en once bloques temáticos, es elaborar un inventario geonómico que podrá servir a los investigadores del futuro. «Será como un banco de datos, pero de especies marinas que en el futuro servirá para que los investigadores tengan referencias», puntualiza Costa. Está previsto que el buque 'Hespérides' tome alrededor de 70.000 muestras marinas (por el momento hay documentados casi 200.000 organismos marinos, pero se calcula que pueda haber alrededor de dos millones).

Otro de los puntos más importantes es que antes de empezar el proyecto se estableció un 'libro blanco' con protocolos unificados de trabajo, de manera que en un futuro se podrán obtener comparativas fiables de datos. «Todavía es pronto para avanzar resultados, pero por el momento los investigadores han descubierto datos como que se están incrementando mucho los niveles de zooplacton gelatinoso, que son las medusas. Cada vez hay una mayor población de medusas porque la temperatura del mar sube», explica Costa. Este proyecto es asimismo importante en la investigación sobre cambio climático, pues los océanos son reguladores naturales.