La Guardia Civil investiga si el agresor de Sant Antoni de Portmany que ayer atacó con un cuchillo y una maza a once personas que encontró a su paso pudo desatar su ataque indiscriminado tras ser sorprendido robando en un supermercado de Sant Antoni, informaron a Efe fuentes de la investigación.

El agresor, identificado como Mohamed E.B., de 41 años, con residencia legal en la isla, tenía problemas económicos y, según los primeros datos, se ha visto envuelto en un proceso de desahucio.

Estaba integrado en el municipio y era bastante conocido porque había regentado un bar. Además, contaba con varios antecedentes por tráfico de estupefacientes y malos tratos en el ámbito familiar.

Una de las principales hipótesis con la que trabajan los investigadores es que Mohamed E.B. inició su sangriento ataque en un supermercado en el que fue sorprendido posiblemente sustrayendo algo, según las fuentes consultadas.

Allí, según se cree, se produjo una fuerte discusión y comenzó su macabro recorrido.

De hecho, uno de los heridos más graves por él es un empleado del centro comercial, que continúa en la UCI del hospital insular.

La Guardia Civil está tomando declaración a los empleados del supermercado para lograr desentrañar los motivos del ataque, que continuó por las calles Valencia, Alicante, Reyes Católicos, Progreso y Mosén Ribas.

Las víctimas que peor están son dos hombres de 32 y 48 años, intervenidos quirúrgicamente, que se encuentran «en estado crítico» y «permanecen estables dentro de la gravedad», aunque «en este momento no se teme por la vida» de ninguno de los heridos, según el parte.

El paciente de 42 años sufre una herida penetrante torácico-abdominal y el otro una herida latero-cervical.

Una tercera víctima que permanecía en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de Can Misses, una mujer de 43 años que sufrió una herida torácica penetrantes, ha sido trasladada a planta, donde también están otros dos heridos: un hombre de 53 años, que sufre herida inciso contusa en el ojo derecho y que presenta estallido ocular posterior, y una mujer de 56 años, con herida inciso contusa cervical.

Los hechos

El marroquí Mohamed E.B., de 41 años, vestido con una garbadina negra, armado con un cuchillo de cocina de tamaño medio y una maza de madera, entre gritos en árabe de Alá es grande, dejó un rastro de 12 heridos ayer a mediodía en Sant Antoni, tres de ellos de carácter grave, aunque, anoche, al cierre de esta edición, no se temía por su vida. Algunas de sus víctimas fueron escogidas. Otras, sin embargo, simplemente, se cruzaron con él. Antes de ser reducido por la Guardia Civil se autolesionó. En el hospital la Policía Judicial de la Guardia Civil le preguntó por qué. Entre desvaríos sólo acertaba a decir: «Todos están en mi contra».

Entró en el supermerdo Suma de la calle Del Mar esquina Alicante. Sin mediar palabra, clavó el cuchillo a un reponedor y a una cajera. A esta mujer le tendrán que recomponer una oreja. Salió del súper perseguido por dos empleados. Uno de ellos más tarde resultaría herido grave. Los trabajadores del supermercado le conocían de vista, según dijeron.

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Enfiló la calla Reis Catolics y entró Can Micaló, un hostal en el que había estado alojado. Acuchilló a dos de sus propietarios, un hombre y una mujer. Ambos están graves, pero él resultó peor herido.

Salió del hostal y tras recorrer unos metros de la calle Progrés, remontó Menéndez Pidal hasta llegar de nuevo a la calle del Mar. Por el camino agredió a varias personas. En el hostal Marino, donde residía en la acutualidad, también agredió a su propietario.

Locutorio

Salió a la calle, varió de sentido y llegó al locutorio Sin Fronteras, donde entró y agredió al propietario con el cuchillo en la cara, de forma que le afectó un ojo.

Al lado, ante los gritos que llegaban, la peluquería Donna cerró las puertas por miedo, con tal mala suerte que fuera quedó una de las trabadoras, a la que rajó en el cuello con el cuchillo. Recibió nueve puntos de sutura.

Huyó en dirección a la calle Mossèn Ribas i Ferrer y se escondió en el volquete de un camión. Increpado por varias personas que le habían visto meterse dentro, salió y huyó hacia la calle València.

Allí se enfrentó a los dos trabajadores del supermercado Suma que le habían seguido. Se le acercaron y a uno de ellos, Toni Serra, le clavó el cuchillo en un costado. El otro trabajador, Roberto Pérez, le asestó un fuerte golpe en la cabeza con un palo. Entonces el marroquí huyó de nuevo hacia la calle Mossèn Ribas i Ferrer y allí le acorralaron los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local. El hombre se clavó varias veces el cuchillo, lanzó la maza a un guardia, que recibió un fuerte golpe en el pecho.

Entonces otro agente de la Guardia Civil del puesto de Sant Antoni asestó al marroquí una fuerte patada en el pecho. Cayó al suelo y los agentes de la Policía Local le pusieron las esposas.

Ambulancias

Fueron unos 25 minutos de auténtica locura. Las ambulancias no daban abasto. Fueron en total trece heridos contando al agresor. Anoche, tres pacientes

«Acuchilló a mi compañero y yo le di un palazo en la cabeza»

Roberto Pérez es reponedor en el supermercado Suma, donde Mohamed E.B. comenzó su serie de agresiones. Al marroquí lo conocían de vista, de nada más, asegura Pérez. «Entró y en uno de los pasillos le dio un golpe a un compañero en la cabeza y después le rajó en la cara a una cajera, María Sala», relató Pérez. El primer agredido se tocó la nuca y vio que la tenía llena de sangre. En el supermercado se produjo una explosión de pánico. Pérez y otro compañero persiguieron al agresor. Finalmente, lograron encararle: «Mi compañero, Toni Serra, se le echó encima y él le acuchilló; yo, al menos, le pude dar una palazo en la cabeza cuando estaba en el suelo».

Desahuciado, separado y sin trabajo

Mohamed E.B. recibió una orden de deshaucio de la casa en la que vivía el pasado día 10 y la tuvo que abandonar y recientemente, había dejado de convivir con su pareja. Tampoco tenía trabajo conocido. El marroquí tiene antecedentes policiales por tráfico de estupefacientes, por delitos de lesiones y por violencia doméstica. Todo indica que ayer salió con la intención de agredir a determinadas personas y que, por el camino, atacó a quien se le interpuso.