Una máquina inicia la demolición de la piscina, ubicada en zona de dominio público. | Marco Torres

La propiedad del hotel Ibiza Playa de ses Figueretes inició ayer la ejecución de la sentencia de demolición de su piscina, ubicada en zona de dominio público, por orden de la Demarcación de Costas de Balears.

Se trata de una instalación de 30 metros de largo que se introduce en el mar, que fue construida en los años 70 y cuya concesión administrativa finalizó hace una década. El derribo está siendo sufragado por la propiedad y tiene un coste superior a los 50.000 euros.

Éstas son las referencias que aportó ayer uno de los propietarios del establecimiento hotelero, Pepe Verdera, quien destacó que esta demolición afecta no solo al Ibiza Playa sino también al hotel Ses Figueretes, ya que «sus clientes utilizaban este servicio». «Ahora lo que estamos haciendo es cumplir con nuestra obligación de demoler la piscina y después estudiaremos qué repercusiones negativas va a tener en nuestro negocio», aseguró Verdera. «Por los comentarios que hemos recibido de algunos de nuestros clientes, que son repetidores de todos los años, seguramente se verá afectado. Y esto afectará también a los trabajadores, porque si la demanda baja, lógicamente, algunos se quedarán sin trabajo», agregó.

«El poderío de Costas»

Según Verdera, a pesar de que la concesión terminó hace una década, «se ha intentado alargar la vida de la piscina [con recursos y alegaciones] hasta que ha llegado un punto en el que no se ha podido parar la demolición de ninguna de las maneras».

En este sentido, destacó que es la primera «piscina en uso» que se derriba en la isla ya que, «aunque se derribó una en Sant Antoni, estaba abandonada hacía mucho tiempo». Al respecto, Verdera desmintió que la piscina no se hubiera utilizado el año pasado como se aseguró desde Costas, y rechazó también que se le hubiera ofrecido una permuta de terrenos para construir otra instalación fuera de la zona pública.

Según el propietario, esta actuación «sienta un precedente y alarma a la gente en condiciones similares porque hay muchas piscinas de hoteles que se encuentran en la misma situación». «Supongo que es para dar un poco el ejemplo del poderío que tiene Costas», se quejó.

Por otra, cabe recordar que otras dos piscinas ubicadas junto a la costa de ses Figueretes están en la misma situación. Son las instalaciones de los hoteles Los Molinos y Ebeso, a las que también se les terminó la concesión administrativa que les permite ocupar la zona de dominio público.

Pepe Verdera: «La remodelación del paseo es una excusa»

El propietario del hotel, Pepe Verdera, no cree que Costas «saque mucho provecho de la demolición de la piscina». «Tampoco creo que afecte para nada a la remodelación del paseo, que es una excusa», destacó Verdera. Al respecto, cabe recordar que la demolición de las tres piscinas venía incluida en el proyecto de construcción del nuevo paseo de ses Figueretes, que se proyecta desde el hotel Los Molinos hasta Platja d'en Bossa. Sin embargo, en reiteradas ocasiones, el jefe de la Demarcación de Costas, Celestí Alomar, insistió en que los derribos no tienen nada que ver con el proyecto del paseo sino que se deben al final de las concesiones de las piscinas y la recuperación de la zona de dominio público.

Por otra parte, Verdera explicó que una de las opciones que intentó para mantener la piscina fue ofrecerla al Ayuntamiento de Eivissa como una instalación deportiva, pero indicó que Vila «no hizo mucho por la labor». También lamentó «el trato recibido desde Madrid [Ministerio de Medio Ambiente], que lógicamente desconoce la fisonomía de la costa ibicenca». «Que una persona desde Madrid nos dirija no es lo más idóneo, porque para dirigir estas cosas ya estamos los ibicencos y las autoridades de aquí, que para mi gusto, podrían pronunciarse al respecto», concluyó.