Juan Antonio y Pepe preparan con esmero, igual que el resto de miembros de la cofradía Nuestra Señora de la Piedad, la imagen del Santo Cristo de la Sangre. | EVA MEDINA

La imagen del Cristo de la Sangre llegó a la parroquia de Sant Elm a través de una donación particular en el año 1941. Desde entonces son muchas las personas que la han visto dentro de esta iglesia, pero nunca la han visto procesionar. Después de 70 años, ese momento llegará mañana, Sábado de Pasión, de la mano de la cofradía Nuestra Señora de la Piedad.

La cita será a partir de las nueve menos cuarto de la noche, momento en que el Cristo de la Sangre partirá de la parroquia de Sant Elm para recorrer las calles de la Cruz, Rimbau, Conde Roselló, Aníbal, plaza de sa Font y calle Antoni Palau para pasar por el Mercat Vell y regresar a Sant Elm.

«Afrontamos con mucha ilusión la idea de salir con esta imagen en procesión porque era una idea que teníamos desde hace años y parece ser que por fin la vamos a llevar a cabo», explica Juan Antonio Serra, presidente de la cofradía Nuestra Señora de la Piedad, quien puntualiza: «La gente está acostumbrada a ver el Sábado de Pasión a la imagen titular, la Piedad. Este año no la van a ver porque sólo saldrá el Cristo de la Sangre». Así, éste saldrá mañana en procesión, mientras que la Piedad se reserva para la procesión del Santo Entierro.

En cuanto a la preparación del Cristo de la Sangre, Serra destaca que las primeras labores se centran en la limpieza de la imagen en sí para, posteriormente, empezar con las tareas más específicas. «Hemos tenido que hacer una especie de pedestal para poner la cruz. El restaurador José María Velasco se encargará de la modificación más profunda», señala Serra, quien añade además que el Cristo de la Sangre llevará pelo natural.

En cuanto a la decoración del pedestal, ésta será muy sencilla: «A diferencia de la Piedad, que siempre está muy iluminada, el Cristo de la Sangre levará cuatro cirios de cera, un par de claveles y mucho verde».