Profesores y alumnos del colegio Puig den Valls durante el minuto de silencio. | EVA MEDINA

Entrañable, perfeccionista, con una gran sensibilidad y, sobre todo, volcado a la escuela. Estos son algunos de los adjetivos que los asistentes al minuto de silencio por la muerte de Idelfons Juan dedicaron a este maestro de escuela, como le gustaba que le llamasen. Sesenta segundos repletos de emoción en este acto de homenaje celebrado en el patio del colegio de Puig den Valls en los que sonó por megafonía El cant dels ocells, de Pau Casals, una canción que le encantaba a Idelfons Juan.
La comunidad educativa del centro, antiguos alumnos del centro, profesores jubilados, amigos, el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, y la concejala de Educación, Ana Costa, se congregaron a las 11,45 horas en el patio del centro para rendir este pequeño homenaje en silencio que acabó en un aplauso.
El alcalde de Santa Eulària recordó que «era un gran maestro, con una gran sensibilidad que siempre se ha desvivido por la escuela de Puig den Valls». Vicent Marí conoció a Juan hace cuatro años cuando entró a gobernar el municipio: «Había oído hablar de él y cuando lo conocí tuve muy buena relación con él. Ha sido una gran pérdida. La escuela de Puig den Valls es un modelo y es gracias al trabajo que han hecho él y los profesores». Uno de estos profesores, Susana Benet, recordaba la gran ayuda que le habia prestado Idelfons: «Tenía siempre su apoyo. Para cualquier cosa tenía una buena palabra y un buen consejo. Ha sido una perdida grande»
Entre los padres asistentes había agradecimiento y admiración. «Era una persona justa que se hacia respetar por todo el mundo», dijo Maria Antonia Colomar, madre de dos hijos escolarizados. «Recuerdo a una persona muy humana, que su vida era que el colegio funcionara. Fue muy buen director, profesor y buen compañero de sus compañeros. Era entrañable», relataba Mercedes Torres, madre de dos exalumnos.
Cati Tur y Margarita Guasch son dos profesoras jubiladas que volvieron ayer a Puig den Valls. «Era un caballero completo, un buen compañero, muy trabajador y llevaba la dirección como nadie. Era un referente», subrayó Cati Tur, que precisamente su hija ahora da clases en este colegio. «Ha muerto una persona muy importante», apostilló Guasch.
Entre los antiguos alumnos estaban Miriam Juan y Marilina Bonet que conservan un grato recuerdo de su profesor «Hemos tenido la suerte de tener unos profesores vocacionales que nos enseñaban muchos valores», apuntó Bonet. Ayer volvieron al colegio y pese a la tristeza por la pérdida de Idelfons Juan lo vivieron como «un momento mágico» este reencuentro con su colegio y con el recuerdo de Idelfons Juan.