El comité de empresa de Quesería Menorquina (Tranchettes), empresa que hasta hace unos días pertenecía a Nueva Rumasa, ha acordado con la administración concursal la tramitación un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal, con un máximo de 180 días de duración, que afectará al 85% de la plantilla, integrada por 180 trabajadores.

El presidente del comité, Antonio Olives, ha subrayado que el ERE, con el que se pretende «dar un respiro» a la planta, será rotatorio. «La intención es que los trabajadores se vayan incorporando a la planta a medida que vaya aumentando la producción», ha apuntado.

Olives ha indicado que el expediente, que podrá comenzar a aplicarse en unas dos o tres semanas tras ser aprobado por el Juzgado de lo Mercantil, permitirá también garantizar ingresos a los trabajadores.

«Todos los pasos que estamos llevando a cabo están encaminados en una misma dirección: volver a levantar esta fábrica», ha sentenciado el presidente del comité, quien ha recalcado que se está negociando con el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) para que los trabajadores de la planta menorquina puedan cobrar las nóminas atrasadas.

La compra de Quesería Menorquina por parte de directivos y trabajadores, formalizada el pasado 9 de mayo, ha mejorado la receptividad de clientes que se perdieron en su día, entre ellos Kraft Foods, según ha señalado este viernes el secretario general de la Federación Estatal Agroalimentaria de CCOO, Jesús Villar, quien ha indicado que la «seriedad y solidez» del nuevo proyecto empresarial han motivado ya la recuperación de algunos clientes.

«Hay una mayor confianza. Nadie dice que sea fácil pero vamos por buen camino», ha indicado el representante sindical, que ha declinado dar más detalles sobre las negociaciones que se están llevando a cabo.

Preguntado sobre la posibilidad de que Quesería Menorquina vuelva a suministrar a Kraft Foods, Villar ha subrayado que la disposición de la multinacional ha mejorado tras la operación de compraventa.

Asimismo ha resaltado que Kraft es «casi imprescindible para el futuro de esta empresa y no ha roto el vínculo porque no se lo vamos a permitir, la multinacional tiene responsabilidades intactas con la planta mahonesa».

Por otro lado, Villar ha recordado que el proceso judicial para la compra de la fábrica todavía no ha culminado ya que queda una fase de exposición pública en el Boletín Oficial del Extremadura y habrá un periodo de alegaciones. «Si todo transcurre como esperamos a finales de mes se procederá a la firma de escritura pública de la compraventa efectiva», ha declarado.

«Esta adquisición supone desvincular definitivamente a Nueva Rumasa de Quesería Menorquina, así como la desvinculación de Carcesa, que era el dueño de las acciones, sin crearles ningún problema», ha manifestado Villar, quien ha añadido que esta operación «era la única alternativa para buscar la viabilidad de la empresa».

El secretario general de la Federación Estatal Agroalimentaria de CCOO de Villar ha declinado cuantificar la deuda a la que es enfrenta Quesería Menorquina aunque ha admitido que la carga «es muy fuerte».

«La deuda no es un lastre para impedir la viabilidad de la empresa», ha remarcado Villar, quien ha hecho especial hincapié en la necesidad de negociar con el Banco Santander para revertir la hipoteca de 15 millones de euros sobre la fábrica menorquina formalizada por Nueva Rumasa.

Finalmente, el representante sindical no ha descartado emprender acciones judiciales «de todo tipo» contra Nueva Rumasa aunque ha puntualizado que éstas correrán a cargo de CCOO y no de los trabajadores.