La Ley D'Hondt, vigente en España desde la Transición política, es un sistema corrector que permite dar paso a las formaciones minoritarias en las elecciones. Un sistema para calcular el número de representantes que consigue cada partido en función de los votos obtenidos. El objetivo de la Ley D'Hondt es dar una proporcionalidad corregida en las instituciones y evitar que los partidos mayoritarios arrasen a los minoritarios, sin que por ello su representación política sea muy superior a la que les correspondería sin el ajuste de la ley.
Puede parecer un sistema complejo, pero en realidad su aplicación es comprensible como ilustra un ejemplo incluido en el gráfico.
Supongamos que, en las elecciones a una institución donde hay 29 representantes electos), cuatro partidos políticos consiguen más de un 5% de los votos, esto es, el porcentaje mínimo para tener representación institucional.
El partido 'A' lograría 95.000 votos. El partido 'B' obtendría 68.000. La formación 'C' ganaría 43.000 sufragios. Y, por último, el partido 'D' alcanzaría 18.000 votos.
Pues bien, para calcular el número de escaños que correspondería a cada uno de los partidos políticos citados en el ejemplo, hay que dividir cada total de forma sucesiva por 1, 2, 3, 4...
En el primer partido, la división por dos da un total de 47.000 votos. En el segundo, la división da 34.000 votos, mientras que el tercer partido el resultado de dividir por dos es de 21.500, y en el último de ellos, de 9.000.
Aplicando la Ley D'Hondt, la asignación de escaños se da a los partidos con cocientes más elevados.
Siguiendo con el ejemplo, el primer diputado sería para el partido 'A' (95.000 votos). El segundo, sería para 'B' (68.000 votos). Pero, cuidado, el tercero no sería para 'C' sino que volvería a ser para el partido 'A', ya que los votos totales del tercer partido (43.000) son inferiores a los 47.500 que resultan de dividir 95.000 por dos.