Ivana, su madre Toñi y Roger pasean felices con Aina por la playa. | EVA MEDINA

Si se quiere se puede. Este es el lema que mueve en su día a día a Toñi, vicepresidenta de la Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Eivissa y Formentera (Apneef) y madre de Aina, una niña de 11 años con discapacidad.

Algo que nunca le ha impedido intentar que su hija haga cosas que hacen el resto de niños, como por ejemplo, acudir a la playa. En este sentido, Toñi siempre fue una incondicional de Cala Bassa, y ahora, lo es más, ya que gracias a la iniciativa de Roger y Xavi, dueños del Cala Bassa Beach Club, la zona es totalmente accesible para personas con discapacidad.

Han instalado una serie de pasarelas de madera que comunican los tres restaurantes y que permiten el acceso de las sillas de ruedas prácticamente hasta el agua. Ha sido un trabajo que ha llevado tres meses pero que, según Roger, socio también de Apneef, «ha merecido la pena sólo con ver la sonrisa de Aina cuando se dirige a la playa y ve los barcos y a su hermana jugar».

En este sentido se trata un gran avance ya que, según Toñi, «antes había una escalinata y tenía que cargar con mi hija en brazos, y después coger la silla, con todo lo que eso supone de esfuerzo y de ayuda por parte de los demás».

Ahora afirma que puede plantearse ir a la playa sola con Aina y con su hermana Ivana, de 6 años. No en vano, Toñi siempre se ha considerado muy valiente en estos temas y se maneja sumamente bien de forma individual. Asegura que «incluso durante todo este tiempo me he buscado una manta especial que me trajeron de Holanda, que tiene plástico por abajo y que sirve para que Aina pueda descansar bajo una sombrilla». Además, también es capaz de «hacer un pequeño habitáculo en la arena para que pueda estar sentada y estar integrada dentro del juego de su hermana».

Por todo ello, y para celebrar los nuevos accesos Apneef va a organizar el sábado 4 de junio una paella solidaria en el Cala Bassa Beach Club para 400 personas.