Además de ser alimento para los animales, las algarrobas antiguamente eran las golosinas por su dulzura de los que ahora son mayores. En la actualidad, desde asociaciones, cooperativas agrícolas y profesionales culinarios se intenta recuperar el uso de la algarroba para el consumo humano. Y para revitalizar su utilidad en la cocina y su imagen, desde ayer y hasta el sábado tiene lugar en Eivissa el primer congreso de la algarroba, organizado por el Centro de Estudios Avanzados de Eivissa y Formentera con la colaboración de la asociación Gourmet de Ibiza.

El primer día de actividades de este congreso arrancó ayer con la primera muestra gastronómica dedica a la algarroba en Eivissa. En la plaza Espanya de Santa Eulària se citan hasta hoy el restaurante Es Ventall, Amics de la Terra, la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni, Ca's des Bosc, L'Arcolaio Verde y Pastelería de Algarroba para ofrecer productos como bombones, sirope, brownie, vino dulce, café, pan y hasta crema antiarrugas. Todo ello elaborado con las diferentes partes, como la semilla o la piel, que se pueden extraer de este fruto tan presente en el paisaje pitiuso.

Sorpresas

«Desde Amics de la Terra apoyamos mucho al paisaje de Eivissa y el algarrobo está en él desde prácticamente el siglo XVIII. Creemos que tienen un valor mayor del que actualmente tiene», explicó Espe Llorens, técnico medioambiental de esta asociación, que además de ofrecer turrón y brownie recogía firmas para la creación de un molino que haga la harina de algarroba para el consumo humano.

Uno de los productos que más llamó la atención de quienes se acercaron a la plaza fue el sirope de algarroba. «Les doy una gotita a probar en un palillo y observo las caras; hay a quien le gusta y hay quien dice que está malísimo. Sirve tanto para dulces, como bizcochos, como para salado, como salsa de la carne asada», explicó Carlos de las Heras, de Cas des Bosc. Otra de la sorpresas relacionadas con este producto fue la crema antiarrugas que elaboran cien por cien artesanalmente Vanessa d'Anselmi y Giordano Mariani. «El gel de la algarroba es el ácido hialurónico vegetal; es muy complicado llegar a él», explicó Vanessa.

Ya por la tarde, la actividad se trasladó a las cocinas del SOIB en sa Blanca Dona, donde los alumnos descubrían los secretos de la cocina con este fruto con un menú con aperitivo, entrante, plato principal y postre de la mano de los cocineros Juan Fernández, Nino Pedro Guainazzo, Óscar Molina, Jesús Bustos, Nicolás Benvenuto y Paco Alcahud.

Así, estos profesionales prepararon samosa de puerros con salsa barbacoa de algarroba, ravioli de pato con esferificazión falsa de bechamel de algarroba o cookies de algarroba. «No tenía ni idea de que tuviera tantos usos. Me gusta aprender este tipo de cocina. Por ahora he probado el cocktail de algarroba que me recuerda un poco a la crema catalana con un puntito agradable. He comido algarrobas crudas y están buenas», afirmaba Cipri, estudiante de cocina inscrito en el SOIB.

El ciclo de conferencias empieza hoy en el hotel Fenicia con charlas sobre la situación actual del cultivo de algarroba a nivel mundial, español, balear e ibicenco, así como el lugar que tiene este fruto en las tendencias alimenticias actuales, pues existe el constante debate sobre la sustitución del chocolate por la algarroba.