Una mujer que tenía mucha sed se disponía a exprimir un limón cuando éste empezó a llorar y a llorar pidiéndole por favor que no le hiciera daño. La mujer no pudo hacerlo porque le tenía mucho cariño al limón, que le contó la historia de Bambi y ambos, limón y mujer, se echaron a llorar. Entonces, el vaso se llenó de las lágrimas del limón y la mujer se pudo beber su zumo sin hacerle daño». Ésta fue una de las 13 historias que los alumnos del curso de verano de la escuela internacional de clown Eric de Bont presentaron ayer en las instalaciones de la escuela ante 60 personas donde demostraron todo lo que habían aprendido en las dos semanas de intensivo que impartieron Eric de Bont y Encarna de las Heras.

«En estas dos semanas han trabajado la energía, han hecho contact, han abierto su corazón para poder expresar al máximo sus emociones, han sabido ser un poquito más transparentes para hacer reír y llorar al público, que es el trabajo del clown», explicó Eric de Bont, director de esta escuela. Y así lo consiguieron los 13 estudiantes de España, Austria, Israel, Emiratos Àrabes y Holanda, entre otros países, que bajo el planteamiento básico de salir al escenario con un objetivo, encontrarse con un problema y buscarle una solución consiguieron sobre todo emocionar al público. Después de las representaciones individuales de tres minutos, el equipo comió y para desgracia de todos ellos llegó el momento de las despedidas en las que, inevitablemente, hubo lágrimas.