Una imagen captada ayer de fondeos sin ningún tipo de regulación en la zona de Talamanca. La Unesco alerta de que esta práctica pone en peligro las praderas de posidonia.

«Un efectivo control» de las embarcaciones de recreo que fondean en el litoral de isla, la mejora del tratamiento de las aguas residuales de Vila y Platja d'en Bossa, y un seguimiento de la calidad del material dragado en las obras del puerto, que incluya pruebas de contaminantes orgánicos como el alga invasora caulerpa racemosa.
Éstas son las principales recomendaciones que hizo a Eivissa el Comité de Patrimonio Mundial en la 35ª reunión celebrada en junio en París. Una serie de observaciones destinadas a evitar impactos negativos en las praderas de posidonia, bien natural incluido en la declaración de Patrimonio de la Humanidad, 'Eivissa, Biodiversidad y Cultura'.
El documento fue publicado ayer por un blog de la isla, y sus recomendaciones surgen del análisis del informe del mil páginas que presentó el Ministerio de Cultura sobre las acciones realizadas tras la visita que hicieron los asesores de la Unesco en 2009 a la isla para analizar las posibles afecciones de las obras del puerto sobre los bienes declarados. Asimismo, también recoge diversas denuncias que siguieron llegando desde agrupaciones de la isla, entre las que destaca las que fueron enviadas al organismo asesor de la Unesco en cuestiones naturales, Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que denuncian «que el estado de conservación de las praderas de posidonia ha tenido un deterioro continuo desde la declaración del bien» por las aguas poco tratadas vertidas al mar, los fondeos, las obras del puerto y el alga invasora.

Recomendaciones
Por todo ello, en concreto, aunque el Comité reconoce los esfuerzos realizados para mitigar los efectos de la construcción del puerto sobre la posidonia, pide que se siga controlando «durante y después de las obras» el impacto de los vertidos del material dragado, incluyendo las especies invasivas.
También urge a mejorar el tratamiento de las aguas residuales de Eivissa y Platja d'en Bossa «para eliminar la descarga al mar del agua insuficientemente tratada» y, sobre todo, recomienda el desarrollo «de un efectivo mecanismo de control» de los fondeos, ya que «la gran cantidad de barcos de recreo está causando continuamente directos y acumulados impactos negativos en las praderas de posidonia», indica.
Asimismo, reconoce los esfuerzos en torno a monitoreo arqueológico realizado en las obras y «considera positivo» el informe del Consell remitido antes del cambio de gobierno, en el que se informa de una inversión de 1,9 millones para recuperar ses Feixes (zona 'buffer' del bien) «y su integración en el paisaje de la ciudad»; una inversión que el actual equipo de gobierno prevé derivar en parte (900.000 euros) a otros proyectos ambientales.
Por último, la Unesco exige que se presente un nuevo informe sobre el estado del bien en 2015, así como un plan de gestión de todos los bienes declarados.

Información sobre la estación marítima
Por otra parte, la Unesco pide «información detallada» sobre el diseño de la futura estación marítima del nuevo puerto, ya que, según indica, «no debe tener un impacto visual negativo» en el bien patrimonial declarado, como es Dalt Vila, ni en la zona 'buffer', ses Feixes.
Asimismo, da la bienvenida a la petición de ampliar de la declaración para incluir el archipiélago del Parque Nacional de Cabrera. Al encuentro de la Unesco en el que se adoptaron estas conclusiones acudió la edil de Cultura de Vila, Lina Sansano. Sin embargo, entonces, el informe no se dio a conocer.