Acababan de dar las ocho y media cuando Morning Parade dieron rienda suelta a su pop rock refinado y notablemente influenciado por formaciones como Keane, Blur o Coldplay.

Los ingleses no defraudaron y durante unos cuarenta minutos deleitaron al respetable con canciones tan solventes como Under the Stars. Con ello dejaron un agradable sabor de boca, preparando el terreno para el veterano DJ Zane Lowe que sería el siguiente en actuar.

Lowe cumplió ampliamente con su cometido y durante algo más de una hora consiguió que casi todo el público bailara al son de sus mezclas basadas en clásicos del rock.

Tras ellos y tras casi dos horas de celebración del sexto aniversario de Ibiza Rocks aún faltaba el plato fuerte que llegó de la mano de Biffy Clyro.

Los escoceses, apenas un año después de su memorable actuación en el festival ibicenco, volvieron a pisar el escenario pitiuso presentando un repertorio no demasiado diferente al ofrecido el pasado verano y eso fue tal vez el único hecho mínimamente reprobable.

Por lo demás su show transcurrió de forma impecable técnicamente y al grupo se le vio con muchas ganas con un inicio arrollador con The Captain y That Golden Rule, y con un exhaustivo repaso a sus temas más emblemáticos como Glitter and Trauma, Living is a Problem Because Everything Dies o Bubbles. Finalmente, Simon Neil y los hermanos Johnston concluyeron casi a la medianoche su andadura por esta sexta edición del festival con la que probablemente sea su canción más popular, la adrenalínica y a la vez hermosa Mountains.

Tras ello, muchos siguieron la fiesta en la discoteca Es Paradís mientras otros abandonaban el hotel cansados pero satisfechos tras el maratón de buena música. ¡Qué cumpla muchos más!