El neurocirujano Alberto de Castro Torres. | Marco Torres

El neurocirujano Alberto de Castro Torres hace una reivindicación «personal y social» de la necesidad de recuperar el servicio de neurocirugía para la sanidad pública y evitar el traslado de enfermos aquejados de lesiones cerebrales a Palma. «Para mí fue un reto poder montar un servicio de neurocirugía en la Isla», recuerda De Castro, que puso en marcha el servicio hace diez años en la Policlínica. Hace poco más de un año sufrió una isquemia cerebral de la que hoy está totalmente recuperado.

-¿Cómo está la situación ahora?
-Hace un año se rompió el convenio y eso significa que cualquier persona que tiene una lesión cerebral se tiene que ir a Palma. Cualquier lesión neurológica que se haga en la cabeza tiene una hora con la que se puede jugar, es la denominada hora de oro. Ahora lo que pasa es que el convenio no funciona, los accidentes de tráfico van a la Policlínica pero están mandando a los enfermos a Palma. Un poco antes de irme de vacaciones, hace un mes, operé a un enfermo porque nos lo enviaron de Can Misses. Creo que turísticamente y socialmente es nefasto, en todos los aspectos es negativo.

-¿Por qué está usted tan enfadado?
-Soy una de las pocas personas que me he recuperado al cien por cien de una lesión cerebral y me operé aquí en Eivissa, en la Policlínica. ¿Porqué he de tener yo las ventajas de estar como ahora en la que puedo operar y los demás se tienen que morir o con una lesión en vida? Socialmente que me lo expliquen. Me parece una barbaridad, sin meterme en temas económicos. Hace diez años era necesario el servicio y sigue siéndolo. Si tienes al lado un servicio de neurocirugía que funciona no se te ocurre enviar un enfermo a Nueva York, lo dejarás aquí.

-Bueno, se mandan a Palma.
-¿Cree que Palma tiene las mismas oportunidades cuando el avión tarda una o dos horas? Hay que tener sentido comun, no fastidiemos. Si he conseguido unas buenas condiciones por estar aquí, no entiendo por qué no lo puede tener otro enfermo de la Isla cuando lo ha tenido diez años.

-¿Cree que estamos en inferioridad de condiciones?
-No es inferioridad de condiciones sino una mala praxis dentro de la medicina, con falta de diligencia.

-¿Y con el cambio de gobierno no se han replanteado los convenios?
-Supongo que se replantearán, se hicieron con el PP, y que alguien tendrá que tomar las riendas del asunto. Me parece que no es un tema político. En este país pagamos muchos impuestos y vamos a la ruina. Todo el mundo vive gracias a mi generación. Me tuve que marchar de España para hacer la especialidad, estuve diez en Alemania y otros diez en La Paz de Madrid. No soy un tonto, ¿eh? Los indignados somos las gente de mi generación y los mayores. Hemos pagado mucho a este país para que vosotros tengáis estos medios. Vamos para atrás.

-Entonces, usted piensa que esta no es la situación más idónea.
-Creo que hay un problema muy grande para la gente que vive en Eivissa. Si tiene una lesión cerebral y no se actúa en esa hora de oro, es perder el tiempo y ese es el problema. Es como lo de las autopistas. ¿Cuántas personas deben la vida a que haya autopistas en Eivissa? Las intervenciones en traumatismos craneoencefálicos bajaron un 80% y no hay ningún medio que lo diga.

-Lo dice usted ahora.
-No sirve para nada, parece ser. Todo el mundo estaba en contra.

-¿En este año de ruptura del convenio han recurrido a su servicio?
-El año pasado tuve que hacerlo. Operé a un enfermo porque se les iba de las manos. Yo lo que pido al sistema es que, si quieren, que pongan un servicio de neurocirugía en Can Misses y, mientras lo montan, si hay un enfermo grave que lo traigan a la Policlínica para que lo podamos tratar y salga con unas buenas condiciones neuronales.