En este colegio la tolerancia es la asignatura principal.

Mehdi es de Marruecos, Angelina de Colombia, Mario de Rumanía y Gabriel ibicenco, pero todos ellos juegan en el patio del colegio público Vara de Rey de Sant Antoni sin importarles lugar de nacimiento del que tienen al lado y demostrando que a la hora de jugar no hay lugar para las barreras y sí para las sonrisas.

No en vano este centro, con 240 alumnos matriculados en los ciclos de Infantil y Primaria y ubicado en uno de los barrios de mayor inmigración de Sant Antoni, es uno de los mayores ejemplos de integración escolar en la Isla.

Algo que se debe, según su directora, Josefa Gil, «a que aquí tenemos alumnos de prácticamente todos los lugares del mundo, aunque mayoritariamente marroquíes, españoles y de distintos países de Sudamerica». Con eso se consigue, según la propia Gil, «que los niños aprendan a convivir desde pequeñitos con compañeros de otras nacionalidades y culturas y luego sean más tolerantes en un futuro».

Muchos marroquíes

A esto también ayudan los principios educativos del centro en los que se potencia la interculturalidad, los valores humanos y las habilidades sociales. Algo totalmente necesario en un colegio en el que sólo en 1º, 2º y 3º de Infantil hay 27 niños marroquíes, 27 españoles, 2 rumanos, 1 filipino, 1 chileno, 1 argentino, 1 colombiano y 1 italiano.

Por todo ello, según la directora, «se han tenido que cambiar algunas cosas, como la asignatura de religión, que los niños árabes sustituyen por actividades relacionadas con la cultura o los derechos humanos, o la Navidad y la Semana Santa, en la que ellos aprenden temas que tienen que ver con el invierno y la primavera».

Con todo ello asegura que nunca ha habido problemas graves en el centro aunque en ocasiones se haga duro tener alumnos de tantas nacionalidades. En este sentido Gil asegura que «cuando algunos de los más pequeños llegan al colegio hablando muy poco de su lengua y por supuesto, sin saber ni catalán ni castellano, se producen trastornos graves a la hora de enseñarles la lengua vehicular».

Una situación muy distinta a la que se encontró Josefa cuando entró en el centro hace 15 años cuando la mayoría de los alumnos eran hijos de inmigrantes sevillanos, sobre todo de La Puebla de Cazalla. Sin embargo, ahora los tiempos han cambiado y en este mundo tan globalizado el colegio público Vara de Rey se lleva un sobresaliente en integración.