David Pons, Fernando Alzamora y Antoni Riera, durante la presentación del informe económico de ayer. | Marco Torres

Las Pitiüses son las islas de Balears mejor preparadas para llevar a cabo un proceso de 'transformación' que dé salida a la crisis. En cambio, tal y como apuntó ayer Antoni Riera, presidente del Centre de Recerca Econòmica (CRE), son el territorio que más necesita este proceso «debido a sus debilidades estructurales, más marcadas que en Mallorca y Menorca».
Durante la presentación del Informe económic y social 'Sa Nostra' sobre la economía balear celebrada ayer, Riera recordó que las Pitiüses fueron las únicas islas de la comunidad que cerraron 2010 con un crecimiento del PIB de un 0,7%, «y tal y como apuntan los datos, cerrarán 2011 con más de un punto de diferencia con respecto a las demás islas», detalló él.
Las ventajas sobre Mallorca y Menorca son «que se aprovecha mejor la flexibilidad y el dinamismo que ofrece el sector servicios, que es el factor principal que se esconde tras este crecimiento», apuntó Riera.
Muy a pesar de esto, «el crecimiento en las Pitiüses no se traduce en bienestar si consideramos que éste es igual al PIB per cápita. Si en 2010 las Pitiüses cerraron con un crecimiento del 0,7% del PIB, el PIB per cápita cayó un 1,8%».
La causa, como opinó el presidente del CRE, es el desaprovechamiento de los recursos. «En Eivissa y Formentera no se despliegan los mecanismos para incrementar la dotación de capital público y privado ni para incrementar las posibilidades del aumento continuo de trabajadores en los sistemas de producción». «En los últimos diez años, la productividad ha decrecido un 0,2% en Balears, mientras que el descenso en las Pitiüses ha sido del 3,3%».
Riera finalizó apuntando que «transformación no significa desestacionalización, ni flexibilización ni diversificación, ya que el problema no es estructural, es de aprovechamiento de recursos».