El Ayuntamiento de Eivissa prevé plantear al Govern balear la regulación de «los ‘beach clubs’ y de los guías VIP» mediante la nueva Ley General Turística, cuyo borrador está actualmente en período de exposición pública.
El concejal de Turismo de Vila, Ignacio Rodrigo, explicó ayer que está repasando la nueva normativa junto a los técnicos municipales y destacó que «Eivissa dentro de Balears tiene sus peculiaridades y la ley las tiene que recoger». «Creo que es una buena ley y, de hecho, se nos ha ofrecido que aportemos nuestra visión», destacó el edil.
En cuanto a los ‘beach club’, el concejal se mostró a favor de que se regulen sus actividades, a pesar de que se «mezclan competencias de Costas y no es todo del Govern». «Yo soy partidario de que las realidades que ya están, si no son perjudiciales, si no molestan a los vecinos y si no compiten ilegalmente con otros comercios, se regulen; que no se dejen actividades fuera», destacó el concejal y puso como ejemplo «el hecho de dar un masaje en un ‘beach club’ o el hecho de poder servir a una hamaca una bebida o una comida». «Si ya existe y es un buen servicio y los turistas lo demandan y lo agradecen habrá que regularlo», agregó.
El concejal matizó que esta propuesta está en estudio y que ahora debe «mirar si ya viene recogida, si es competencia del Govern o no, y si podemos aportar nuestra experiencia diaria», señaló, aunque destacó que la Conselleria de Turisme tiene una «actitud abierta» a aceptar propuestas.
De igual forma se expresó sobre los guías VIP, que describió «como el típico acompañante que a determinados turistas les facilita el acceso a discotecas o les lleva a comer a determinados sitios recomendados», un mercado que, sobre todo, se mueve «dentro de la noche».
«Es una figura que se está trabajando, que está cobrando, que no sé si paga impuestos o no, me imagino que no. Pues si está ahí y tampoco perjudica a nadie, que se les regule, se les cobre impuestos y se les tenga dentro de la norma legal para que estén controlados», aseguró el concejal, para quien «quizás es una figura que no es muy común en Menorca o Mallorca, pero aquí lo vemos en el día a día». «Es el típico organizador de eventos y tiene que estar regulado, tiene que pagar a sus autónomos y tiene que tener una ley que le diga lo que puede hacer y lo que no», concluyó Rodrigo.