La cooperativa agrícola de Sant Antoni cumplió el 25 de noviembre del año pasado 60 años de existencia. Sin embargo, decidieron no hacer ningún tipo de celebración debido a la delicada situación económica que estaban atravesando. Desde hace dos años, esta cooperativa (una de las más grandes de Eivissa, pues cuenta con 1.700 asociados) intenta sobrevivir: ni gana, ni pierde dinero. «Hasta 2010 teníamos un crecimiento anual situado entre un cinco y un siete por ciento y esto ya se estancó hace dos años. Hemos conseguido mantener las ventas, que el año pasado estaban alrededor de dos millones de euros, y eso para nosotros es un éxito en tiempos de crisis», explicó José Ribas Bernadet, presidente de la cooperativa agrícola de Sant Antoni, en el marco de la octava edición de la fiesta del campoSant Antoni Rural, que consiguió congregar entre 2.500 y 3.000 personas durante todo el día, según la organización.
Dado que las ventas se han estancado, la solución que proponen se centra en la unión de las personas vinculadas al mundo agrario para buscar la innovación en sus productos y nuevas alternativas comerciales, así como la reducción de gastos. «Estamos luchando por mantenernos. Cuando no se incrementan las ventas tienes dos opciones: o repercutir en los precios o reducir el máximo de gastos posibles. Nosotros optamos por la reducción de gastos». Bernadet explicó también que, ante la situación que atraviesa el sector agrario, lo más importante es mantenerse unidos. Y así quedó demostrado ayer con un homenaje a no sólo aquellos que trabajan el campo sino también a quienes lo han trabajado o están vinculados a él. Los más pequeños pudieron disfrutar de paseos en pony, mientras que los mayores paseaban entre la muestra de artesanos o probaban bocados de una torrada anticrisis de casi medio kilo de carne por seis euros. También hubo una demostración de cómo se labraba antiguamente el campo y la novedad de este año: el primer verro olímpic, una serie de pruebas físicas y psicológicas que divirtieron no sólo a quienes participaban sino también a quienes miraban.

«Este año no esperamos milagros»
«La mayoría de gastos generales, como energía o transporte, suben cada año. Ya que no hay forma de vender más hemos decidido reducir gastos en lugar de subir precios», explicó el presidente de la cooperativa, quien dijo que hay que apostar por la innovación de los productos para intentar salir de la crisis. Joan Tur Armat, vicepresidente de esta cooperativa, espera que este año sea como mínimo igual que el pasado en cuanto a facturación: «Hemos empezado bien este 2012 y esperamos que el verano también sea bueno. Yo este año no espero milagros; si se mantiene como el pasado, no nos podremos quejar porque no saldremos de la crisis de repente», explicó Armat.
En la actualidad, la cooperativa agrícola de Sant Antoni cuenta con 1.700 socios y un total de 17 trabajadores. El presidente afirmó que cada mes se une «uno, dos y hasta seis socios más», lo que demuestra la confianza de las personas en esta entidad.