Dos profesionales trabajando en el taller propio que tiene Grupauto Pitiusas S.L cuyo gerente es José Pavón, presidente de la asociación de talleres de Pimeef.

Como casi todos los sectores en las Pitiüses, los talleres de coches padecen la estacionalidad turística. Si a esto se le suma que no pasan por su mejor momento porque la gente no tiene dinero para pagar las pequeñas y grandes reparaciones de vehículos el resultado es una situación delicada.
José Pavón, presidente de la asociación de talleres libres de la Pimeef, calcula que la actividad en el sector descendió el año pasado algo más de un 10 por ciento, cifra que puede parecer insignificante si no fuera porque se tiene que comparar con el año anterior cuando la actividad cayó más de un 30 por ciento. «2010 fue, sin duda, el peor año de la crisis económica para los talleres. En 2011 calculamos que puede haber caído un 10 por ciento, pero es que no puede disminuir más porque si no tendremos que cerrar», precisa Pavón, quien asegura que los propietarios de vehículos continúan esperando «hasta que el coche no puede más o deja de funcionar» para acudir al taller. «Ya no hay casi nada de revisiones de vehículos ni pequeños arreglos. A lo mejor viene alguien a que le reparen el motor, por ejemplo, y le dices que con esas ruedas no pueden circular y te dicen ‘no, eso más adelante'. La gente no tiene dinero», explica el presidente de esta asociación de profesionales.
Pavón cuenta, además, que el mínimo tarifario (valor de una hora de trabajo) está más ajustado que nunca, entre 35 y 38 euros, y que éste no se toca desde hace cinco años. «Si hay talleres que cobran menos están perdiendo dinero. Son tarifas que, por desgracia, no suelen respetarse, pero también nos tenemos que dar cuenta de la realidad de la calle porque hay compañías grandes de rent a car que te aseguran un trabajo e intentan reducir al máximo estos costes; te prometen un volumen de trabajo y a lo mejor ese volumen te está salvando, pero creo que no es una fórmula del todo buena».
Al ser un sector tan dependiente del turismo, y más en tiempos de crisis, José Pavón confía en el buen arranque de la temporada. «Eivissa dentro de lo que cabe se mantiene como puede. Si no pasa nada, dentro de un mes aproximadamente se empezará a ver movimientos de temporada, que parece que será buena. Algunos de los rent a car grandes traerán 1.500 coches más que el año pasado, que circularán por las carreteras, tendrán averías y sufrirán golpes. Dentro de dos meses entrarán en Eivissa unos 3.000 coches más».
En este sentido, Pavón cuenta que las 70 empresas de talleres que integran la asociación se esfuerzan por fidelizar a los grandes alquileres de coches para que éstos les lleven los vehículos cuando estén averiados.

José Pavón, presidente de la asociación de talleres libres de la Pimeef.
«El intrusismo laboral no ha crecido con la crisis, pero se mantiene en el sector»
José Pavón, presidente de la asociación de talleres libres de la Pimeef, asegura que continúan luchando con el principal problema del sector: el intrusismo laboral. «Se trata de personas que trabajan sin los medios adecuados, sin pagar impuestos y cometiendo graves infracciones porque yo sé de gente que repara coches que deberían llevar airbags y no los colocan; esto es un delito. Sabemos quienes son. El número de intrusos no ha crecido con la crisis, pero se mantienen; están ahí y lo sabemos», explica Pavón.
Además, puntualiza: «Hemos intentando de mil maneras regular la situación, pero eso conlleva que nos tenemos que involucrar todos en la denuncia y muchos de nosotros tenemos empresas. Hay buenas intenciones en cuanto a regulación por parte de ayuntamientos como el de Vila o Santa Eulària, pero siguen estando los irregulares».
Una situación que a los profesionales que trabajan cumpliendo la ley les desespera: «Nos exigen, por ejemplo, que descontaminemos el suelo, que cuesta mucho dinero y a lo mejor hay un señor que está haciéndolo debajo de un algarrobo; te dan ganas de tirar la toalla».

Antoni Torres, propietario del taller Ses Mines de Sant Carles
«Hasta 2008 los coches viejos ni aparecían por el taller porque la gente los cambiaba por nuevos»
Este profesional, que lleva en activo desde hace 40 años, asegura que en la actualidad la gente se lo piensa mucho antes de acudir a un taller a reparar el coche.
«Nosotros, por ejemplo, vemos que vienen muchas personas preguntando por qué presupuesto le hacemos para arreglar una avería. Tenemos clientes fijos y vemos caras nuevas, que sabemos que no son de por aquí cerca. Hay muchas personas que hacen ruta pidiendo presupuesto por varios talleres y algunas de estas personas por el motivo que sea, por el precio o porque lo recomienda un amigo, deciden dejar el coche aquí», explica este mecánico en cuyo taller trabajan otras cinco personas. «Nosotros no hemos tenido que recortar personal por la crisis», precisa.
Igual que José Pavón, Torres opina que ya no se acude al taller como antes del inicio de la crisis: «Antes de 2008 los coches viejos ni aparecían por los talleres porque la gente directamente los cambiaba por los nuevos. Ahora no hay tanto dinero y hay que entender que es más importante comer que arreglar el coche».
Coches usados
Al estar ubicado en la carretera, Torres asegura que son muchas las personas de paso que se paran en su taller para preguntarles si venden coches viejos: «La gente ahora quiere coches viejos, pero realmente es peor porque si te sale malo vas más al taller. Cada dos por tres llega alguien, pregunta si tenemos coches viejos y les decimos ‘¿cuánto te quieres gastar?' y nos dicen ‘unos 1.000 euros'. Poco coche te vas a comprar por 1.000 euros, pienso yo».
En cuanto al tipo de actividades que han dejado de hacer señala «las revisiones y el mantenimiento del vehículo», concluye.