Un operario poda una palmera afectada.

Desde que el picudo rojo llegó a la isla ya son casi 600 las palmeras que han resultado afectadas por la plaga. Según las cifras que proporcionó ayer el Consell, se han producido 369 destrucciones de este tipo de árboles. Otras 201 que resultaron afectadas han podido ser saneadas gracias a un proceso de cirugía vegetal, que se empezó a aplicar en 2010 y permite que la palmera siga viva.

Para combatir estas cifras, el conseller d'Agricultura, Antoni Marí, Carraca, explicó ayer que este año se ha introducido una novedad y es que los ayuntamientos colaborarán con el Consell. De esta forma, los técnicos municipales participarán en los trabajos de prospección y vigilancia, así como de control de la destrucción y retirada de los restos de palmeras en sus municipios.

El primer brote de plaga de picudo rojo se produjo en 2007 en Sant Josep, donde se destruyeron 7 ejemplares. Al cabo de poco tiempo se extendió también a Santa Eulària y Sant Joan y de ahí al conjunto de la isla.

Por este motivo, Marí hizo un llamamiento a los ciudadanos para que poden las palmeras en enero y febrero, que es cuando el bicho tiene menor incidencia. Para ello hay que solicitar un permiso del Consell y se recomienda que la poda se haga por parte de un profesional. «Muchos tenemos en casa alguna palmera que queremos mucho y quizás la podamos nosotros mismos y pensamos que la dejamos la mar de bien cuando en realidad estamos atrayendo estos bichos», indicó Marí.

El técnico del Consell Javier Pablos, advirtió de que esta plaga ha llegado a Eivissa «para quedarse» y remarcó que en Valencia el insecto ya ataca a especies de palmeras que en principio no estaban afectadas. «Sabes donde empieza pero no donde acaba y lo vemos por la facilidad con la que se ha propagado por toda la isla», indicó Pablos, que dice que una vez instalado en la palmera, el picudo es muy difícil de erradicar y por eso es tan importante la prevención. Desde 2010 se pueden sanear las palmeras mediante cirugía, lo que ha permitido salvar a casi 200.

Los restos los tendrán que destruir los propietarios

El técnico del Consell Javier Pablos explicó que antes la destrucción la llevaba a cabo el Consell, pero ahora que la plaga está en toda la isla ya «no hay medios» para ello. Es por eso que la campaña de este año «pone el acento en que sean los particulares los que se ocupen de la vigilancia y control y también de la destrucción de las palmeras».

El técnico remarcó que los meses más peligrosos para podar son octubre y noviembre y los mejores los de enero y febrero. Cuando se podan las hojas es cuando la palmera suelta unas hormonas que atraen al picudo masculino, aunque Pablos remarcó que la que difunde la plaga es «el elemento femenino».

El propietario debe vigilar la aparición del insecto y si lo detecta debe avisar inmediatamente al Consell, que realizará una inspección y cortará la parte afectada.

Árboles eliminados

Desde que el picudo aterrizó en Eivissa se ha tenido que proceder a la destrucción de 369 palmeras. El municipio más afectado es Santa Eulària. El Consell destina este año 120.000 euros, la misma cantidad que el año pasado, a combatir las plagas detectadas en Eivissa.