Muchos fieles acudieron a ver salir a Nuestro Jesús del Gran Poder del Roser | Marco Torres

Emoción desbordada, y alguna que otra lágrima aflorando de los ojos de los fieles. Esta es la imagen que se volvió a repetir un año más durante la procesión de la cofradía de Nuestro Señor Jesús del Gran Poder

Como suele ser habitual la marcha de esta hermandad, que volvió a salir de la parroquia del Rosario para recorrer la calles adyacentes, estuvo plagado de fieles, en su mayor parte andaluces.

Algo que se notó sobre todo a la hora de la salida de la imagen de Nuestro Señor Jesús del Gran Poder, donde se escuchó alguna que otra saeta, como la que interpretó Ana González, una sevillana de la Puebla de Cazaya.

Ella era una de seguidoras más veteranas, en clara diferencia con Sergio y Naila, quienes a sus dos años eran probablemente los cofrades más jóvenes de la hermandad. «Empezaron desfilando el año pasado y este año son casi unos expertos», aseguraba Tere, su orgullosa madre, una sevillana que siempre ha formado parte de la Agrupación Musical de Nuestra Señora de los Dolores hasta que este año lo ha tenido que dejar por embarazo. Algo que no le impidió aplaudir a rabiar cuando la imagen del santo apareció por la puerta de la iglesia llena de emoción igual que otros cientos de seguidores.

Formentera - Restaurado el vía crucis del Pilar de la Mola

El Consell de Formentera ha restaurado el vía crucis de la Parroquia del Pilar de la Mola, incluida en el Catálogo del Patrimonio Cultural de la Isla con grado de protección A.

De las 12 estaciones, que constituyen las trazas de los antiguos caminos que comunicaban el plano de la Mola con su iglesia parroquial, se han reparado seis que aún tenían restos mientras que las otras se han repuesto con un nuevo diseño de señalización, según la volumetría y el acabado original.

En la iglesia del Pilar de la Mola, la primera estación era dentro del templo, mientras que la decimocuarta terminaba ante las tres cruces del Calvario insertadas en bajo relieve en la fachada del porche de la iglesia.
Las restantes tenían una señalización con una almena de forma prismática culminada piramidalmente y coronada con una cruz de madera, estaban construidas de aparejo común y fijada con mortero de cal y arena, material que también servía para el revestimiento.