El Consell d’Eivissa está dando los últimos retoques al proyecto para dotar de ajardinamiento y carril para bicicletas y peatones el último tramo de la carretera de Eivissa a ses Salines, unas obras que están valoradas en 600.000 euros.

Inicialmente se redactó una propuesta que se envió a la Comissió Balear de Medi Ambient y al Parque Natural de ses Salines. Estos dos organismos contestaron con numerosos requerimientos que tenían que incorporarse, al tratarse de una zona altamente sensible.

Esta misma semana, el equipo redactor del proyecto ya lo ha entregado al Consell y ahora tiene que ser revisado por los técnicos de la institución por si hay que hacer cambios. Una vez modificado estará listo para ser aprobado.

Según explican desde el Consell, la valoración actual es de unos 600.000 euros, aunque la cifra podría cambiar porque se intentará rebajar. El dinero procede del convenio de carreteras de la Comunitat Autònoma. En principio es una actuación poco costosa porque en realidad solo se trata de acondicionar un carril bici y para peatones donde ahora hay un aparcamiento informal, en el tramo final de la carretera de ses Salines. No es una actuación para toda la vía y las expropiaciones son mínimas.

En la pasada legislatura ya se presentó el anteproyecto de esta actuación y el coste global de arreglar toda la carretera era de 16,7 millones. Lo que se hará ahora es solo el primer tramo de la obra.