El Ayuntamiento de Sant Antoni aprobó ayer por unanimidad las modificaciones a la ordenanza de convivencia, que como novedad prohíbe ir sin camiseta por el núcleo urbano, sanciona económicamente la prostitución callejera y adopta una serie de medidas para evitar el botellón en la ciudad.

Además de la prohibición de ir «desnudo o semidesnudo», la principal modificación de la norma tiene que ver con la posibilidad de imponer multas por ofrecer o contratar servicios sexuales en la vía pública.

Al respecto, el concejal de Gobernación, Xicu Cardona, explicó ayer que la normativa actual solo prevé sanciones en caso de «desacato», es decir, en caso de que los infractores reincidan. Por ello, con este cambio de ordenanza, el acto de ofrecer o demandar servicios sexuales en la vía pública podrá ser sancionado con una multa leve, que asciende a un máximo de 750 euros, y que se va incrementando según la gravedad, alcanzando los 3.000 euros en caso de mantener actos sexuales en la calle.

Sin embargo, el precio y el criterio de aplicación de las multas ha quedado sobre la mesa por las dudas del grupo PSOE-Pacte, y se decidirá durante la exposición pública de la ordenanza. Esto ocurre porque al igual que las sanciones a turistas, en el caso de la prostitución, es muy difícil que los expedientes administrativos lleguen a buen puerto. Por ello, el Consistorio busca fórmulas más efectivas como es aplicar multas reducidas de 50 euros para sancionar comportamientos como orinar en la calle o hacer botellón, una nueva medida que se pondrá en práctica este verano.

El objetivo es cobrar las multas en el momento para que el infractor reconozca su culpabilidad.

Sin embargo, el caso de la prostitución es diferente, según Cardona, porque no es una simple infracción sino «una actividad económica».