El secretario general de CCOO, Felipe Zarco, durante el discurso que ofreció frente a los asistentes a la concentración, ayer, en el Parque Reina Sofía.

La concentración convocada por los sindicatos para conmemorar el Primero de Mayo congregó ayer a alrededor de 300 personas en el Parque Reina Sofía, que aplaudieron las proclamas contra los recortes del Gobierno, contra el último tijeretazo del Govern y la reforma laboral.

El acto contó con la presencia de representantes de los partidos de izquierda, PSIB-PSOE, ERC, ENE, EU y ExC, que se sumaron a esta jornada «de reivindicación», según calificaron los líderes sindicales a este Día Internacional del Trabajo.

Desde el escenario del parque, los secretario generales de CCOO y UGT, Felipe Zarco y Diego Ruiz, advirtieron que a pesar de las «buenas previsiones turísticas» esta temporada será «muy conflictiva»: «Tenemos varios convenios en período de negociación y uno de ellos es el de hostelería de Balears», advirtió Zarco, que recordó que también se negocian acuerdos laborales en sectores importantes para las Pitüses, «como el transporte discrecional y las empresas Herbusa, Cespa y Aqualia».

«Tenemos graves problemas porque las empresas, aprovechándose de la reforma laboral, están bloqueando sistemáticamente la negociación porque saben que si la extienden durante dos años el convenio se puede caer. Estamos hablando de muchos convenios y lo que pretenden es dejar que se caigan, que perdamos los derechos y las conquistas que hemos conseguido con mucho sacrificio. Por lo tanto les tenemos que decir que no, que vamos a salir a la calle a pelear cada vez que sea necesario», anunció Diego Ruiz.

Entre las críticas, Zarco aseguró que «ningún Gobierno ha hecho tanto daño y en tan poco tiempo a la clase trabajadora» y criticó a José Ramón Bauzá por ser «el primero de la clase en recortes, utilizando la técnica del miedo con la intervención de la comunidad».

En su turno de palabra, el portavoz del Sindicat de Treballadors de l´Enseyament Intersindical (STEI-i), Pere Lomas, remarcó que los trabajadores no son «mercadería» sino «los propietarios de unos derechos que hemos ganado como una contraprestación por nuestro trabajo». «Debemos tener muy presente que nunca nos han regalado nada, todo ha sido fruto de una lucha muy dura y muy sacrificada», destacó, y pidió a los presentes que huyan del «individualismo» porque quien piense que «a mi eso no afecta, está dando municiones a los adversarios para perder derechos, uno detrás de otro», concluyó.