«El estudio histórico recomienda conservar la alineación pero la manzana no es uniforme. Hay sitios que datan de finales del XVII y principios del XVIII, pero hay sitios que son de los años 60 y 70 del siglo XX». Con esta frase, la concejala de Cultura de Vila, Lina Sansano, justificó ayer que el Consistorio analizará la posibilidad de derribar «una o dos viviendas» de la manzana más degradada y conflictiva de sa Penya, ubicada entre las calles Alt y Retir, y conocida como Unidad de Actuación, UA-27.

Para la concejala, esto no va en contra de la decisión de la Comisión Insular de Urbanismo y Patrimonio (Ciotupha), que la semana pasada aprobó el estudio histórico de la técnica de Patrimonio que pide que se mantengan las 30 infraviviendas, así como la alineación y volumetría de la manzana.

Según Sansano, aunque en principio «se respetarán las recomendaciones del estudio», el PGOU de Vila recomienda «esponjar la zona» además de reconvertir los edificios actuales en doce Viviendas de Protección (VPO) y en un equipamiento público. «Entonces si hay alguna parte que no sea tan antigua se llevará a cabo este esponjamiento», destacó.

La edil explicó que las viviendas que se prevén derribar están ubicadas en la esquina de la manzana en dirección al acantilado [ver gráfico]. Sin embargo, señaló que esto se decidirá a través de un estudio de detalle al que seguirá otro de patologías, que será el que finalmente determinará qué se mantiene y qué se derriba, aunque en principio las reestructuraciones se proyectan en los interiores de las viviendas, manteniendo las fachadas.

Por su parte, el edil de PSOE-Pacte, Marc Costa, concejal de Núcleo Histórico en la pasada legislatura cuando se creó la propuesta para la UA-27, aseguró ayer que el plan general «nunca planteó el derribo de las viviendas sino la reorganización de lo que hay, manteniendo aquello que tiene valor histórico». «Pero una muy buena parte de la edificación no tiene una tradición histórica y patológicamente las viviendas se encuentran en muy mal estado», indicó.