La dirección del hotel Ushuaïa recriminó esta semana al presidente de la Asociación de Discotecas de Balears, Jesús Sánchez, su desconocimiento de la legalidad de las actividades que llevan a cabo y le recordó que, además de contar con «licencia para desarrollar una actividad hotelera desde hace más de treinta años [anteriormente era el Fiesta Club Playa d’en Bossa]», también cuenta con otra «de música, entretenimiento y ocio desarrolladas en espacio o recintos al aire libre», circunstancias recogidas en un decreto de 2007 que les da amparo y que han complimentado, además, con otras licencias que disipen dudas sobre su legalidad.

El hotel, perteneciente al Grupo de Empresas Matutes, asegura que tiene, pues, derecho a realizar las actividades que el representantes de los clubs, en una entrevista publicada por este diario la semana pasada, consideró que no puede desarrollar, referidas, fundamentalmente, a los espectáculos y conciertos que tienen lugar en el interior del recinto de Platja d’en Bossa.

Además, según la documentación presentada a Ultima Hora Ibiza y Formentera por su departamento jurídico, el hotel dispone del permiso de instalación para la actividad catalogada, «que se ha podido hacer pacíficamente desde el comienzo de la temporada 2011», primer año en que se puso en marcha este nuevo concepto de negocio y con el que, precisamente, marcó diferencias al conseguir resultados económicos por encima de los previstos inicialmente.

El Grupo de Empresas Matutes se mostró muy molesto con las manifestaciones de Jesús Sánchez, quien, pese a reconocer estar «a favor de cualquier producto que de alguna manera sea atractivo y singular», consideraba que en este caso las actividades complementarias «se están haciendo sin licencia», lo que provoca una discriminación respecto a sus asociados. La propiedad del Ushuaïa rechaza tajantemente esta crítica y puntualiza que, además de lo anteriormente expuesto, para garantizar la plena legalidad de su oferta, solicitó en previsión un permiso de instalación de actividad permanente mayor, que al no ser contestado en plazo y forma se entendía aprobado por silencio administrativo, pero que se buscó el completar los requerimientos notificados desde el Ayuntamiento de Sant Josep. «Así, a finales de año se nos notificó la resolución (...) en virtud de la cual se concedía permiso de instalación para la actividad permanente mayor conforme al proyecto presentado», explicaron.

De esta manera, «no puede hablarse de actividad irregular ni pendiente de regularizar, ni por tanto de intereses en la nueva ley turística», como también apuntaba el presidente de las discotecas de Balears.

A debate

La empresa, que cuenta con catorce establecimientos hoteleros en la isla, señaló que, pese a la polémica, es un buen momento para hablar «de la importancia de la oferta complementaria en los hoteles existiendo compatibilidad absoluta de la oferta de alojamiento con otras actividades de entretenimiento, como pueden ser actuaciones musicales previstas en la vigente ley general turística».

De hecho, la normativa establece disposiciones generales necesarias para facilitar la libertad de establecimiento y de prestación de servicios turísticos, a lo que se puede acoger este nuevo concepto de alojamiento.

También señalaron que la tendencia normativa actual tienden a «favorecer la efectiva implantación de los servicios turísticos» que se consideren compatibles en la oferta tradicional, de manera que se impulse su competitividad. Así, recordaron el espíritu de la Directiva Bolkestein, cuya finalidad es «priorizar la libertad del emprendedor en los establecimientos y en la prestación de servicios o actividades» tendentes al éxito de la empresa.