El sector oficialista del PP llevaba días madurando la idea de que el actual presidente insular, Miquel Jerez, no se presentara a la reelección y fuera sustituido por Vicent Serra. Los hechos se precipitaron ayer por la mañana, después de que Diario de Ibiza publicara que Miquel Jerez renunciaba a presentarse y que sería el presidente del Consell el que le sustituiría. A media mañana, Serra explicó a este periódico que esa noticia no era cierta porque Jerez aún no había dicho que no quería presentarse y que si lo hacía, habría mucha gente de su sector que podría tomar su relevo. Apenas dos horas más tarde, Jerez anunciaba su renuncia y Vicent Serra se postulaba como candidato. De esta forma, en el congreso del 29 de julio Serra se enfrentará al senador José Sala, que presentó el viernes su candidatura.

Miquel Jerez explicó que ayer por la mañana aún no tenía tomada la decisión y no sabe si la publicación de su renuncia ya como hecho consumado ha acabado provocando el desenlace. De hecho, algunas fuentes aseguran que Jerez acogió con gran enfado la noticia. «Lo hago por sentido de la responsabilidad y me quedo con la satisfacción de haber intentado todo lo posible para que los militantes no tuvieran que elegir entre dos opciones», aclaró Jerez, que aseguró que no quiere ser el «presidente de dos mitades».

Reunión ‘in extremis’

La decisión se tomó en una reunión mantenida por Serra y Jerez ayer por la mañana. El presidente del Consell explicó que siempre ha actuado en función de Jerez. «Él ya explicará por qué no ha querido ser candidato en una rueda de prensa, pero él fue un presidente de consenso entre los dos sectores y habiendo ahora dos candidaturas prefiere que sea otra persona la que represente a nuestro sector», explicó Serra, que recordó que Jerez se decantó de una forma «muy clara» por él para que fuera candidato al Consell y por eso siempre le ha dado su apoyo y ha respetado su decisión en todo momento.

Preguntado por el hecho de que por primera vez haya dos candidaturas, Serra dijo que «no hay que tener miedo al enfrentamiento» y confió en que todo se desarrolle en un ambiente «correcto», que haya «respeto mutuo» y que todo quede dentro del partido. El presidente aseguró que llamó a Bauzá y a Sala para comunicarles su decisión y confió en que Bauzá se mantenga «neutral» y en que «todo se resuelva en Eivissa».

El presidente del Consell también negó que el PP del norte de la isla le apoye y el del sur sea más de Sala. «Yo creo que ambos tendremos apoyos de todos los lados», dijo Serra, que considera que podrá compaginar perfectamente su cargo de presidente del PP, si sale elegido, con el de presidente del Consell. «Se trata de buscar un equipo, en Menorca el presidente del Consell es el del partido y lo mismo pasa con Bauzá», explicó.

Respecto a la candidatura de Sala, la «respeta». «Es muy libre de presentarse, es un hábito democrático», opinó Serra, que no descarta un acuerdo antes del congreso. Preguntado por las diferencias entre ambos sectores, cree que no son tanto de ideología sino de «formas de organizar el partido» y de «relación con las instituciones».

El senador José Sala aseguró que el hecho de que se presente Serra en vez de Jerez «no cambia nada». «Ya dije que era difícil dar el paso de presentarme desde fuera del aparato, por lo que no cambia nada y mantengo en mi candidatura», dijo Sala, que remarcó que «visto lo visto» aún puede presentarse «alguien más».

Por su parte, el presidente del PP de Sant Antoni, Joan Pantaleoni, mostró su apoyo a Sala. «A título personal le apoyo incondicionalmente porque para mí es la persona ideal para dirigir el partido», explicó.

El presidente del comité organizador del congreso y presidente del PP de Santa Eulària, Mariano Juan, remarcó que se trata de una «experiencia nueva» en el partido, pero cree que cada vez será más usual tener dos candidatos. Juan, encuadrado en los oficialistas, aseguró que su sector tiene un carácter más renovador frente al de Sala, más «conservador».

Fuentes del PP explicaron que ambos bandos habían mantenido numerosas reuniones para llegar a un pacto que finalmente no ha sido posible.