José Antonio Pérez es el nuevo presidente de la asociación de artesanos.

José Antonio Pérez es un artesano especializado en el cuero que en la última asamblea general que celebró la asociación de artesanos de Pimeef sustituyó en la presidencia a Giovanni Rainaldi. Pérez afronta con ilusión su mandato y tiene claro cuál es el principal objetivo de este colectivo profesional: mantener las ferias de Sa Tardor y Plaça d’Art.

—¿Cómo afronta la presidencia de la asociación?
— Muy a la expectativa porque dependemos mucho de las ferias de Plaça d’Art y Sa Tardor y para que se celebren dependemos mucho de laayudas del Consell y del Ayuntamiento

—¿Por qué son tan importantes las ferias Plaça d’Art y Sa Tardor?
—Principalmente porque son los dos únicos eventos que tenemos de venta de cara al público como asociación de artesanos. Son 20 días al año y es importante que se mantengan. Este año con el presupuesto de una feria celebraremos las dos.

—¿Podrían llegar a no celebrarse por la situación de crisis económica?
—La continuidad de las dos ferias nos preocupa un montón. Si algún día llegaran se eliminaran desaparecería la asociación de artesanos. Como mínimo pedimos que se mantengan las ferias.

—Además de este objetivo, ¿tienen algún otro marcado?
—Llevamos muchos años intentando que se haga un centro artesanal, pero se necesita una infraestructura muy grande para que podamos tener los talleres. Cuando la economía iba bien, los locales eran muy caros y ahora no hay dinero. Además tendría que tener párking. En la asociación tenemos una línea a seguir que es intentar salir de los mercados porque allí te tienes que mezclar con productos de importación; la gente que va a los mercados no entiende que en un puesto haya un bolso de 20 euros y tu lo vendas por 300; tienes que explicar prácticamente a cada cliente el proceso de creación para que se den cuenta de lo que implica la creación del producto.

—¿Cuál es la situación actual de los artesanos en la Isla?
—Hay gente a la que va bien, a otros mal y a otros muy bien. Tenemos una ventaja sobre la gente que hace reventa (compra en otros países para vender aquí), que es que nosotros podemos producir más o menos en función de cómo veamos que van las ventas o la demanda y los que compran para luego vender aquí tienen el material que tienen. Siendo artesano puedes jugar un poco con los márgenes de tus productos, nunca te haces millonario, pero te sostienes un poco así. A todos nos gustaría estar en locales, pero son muy caros.

—¿La artesanía está en crisis?
—La gente sigue, se mantiene porque nos dirigimos a un sector de público que es minoritario, pero parece ser que es al que menos le ha afectado la situación de crisis.