La flota de motos pendiente de alquiler es aún muy elevada.

Lenta, muy lenta. Así arrancó esta temporada turística en Formentera, que parece haber iniciado el verano pasado el 20 de junio. «El año pasado por Sant Joan se llenó la Isla y este año no ha pasado, pero sí que ha sido cuando hemos empezado a trabajar un poquito», explicó ayer Bartolomé Escandell, representante de las concesionarias de la zona marítima (chiringuitos, hamacas y sombrillas) quien tiene claro que la temporada ha empezado «mal», sobre todo en el mes de mayo en el que disminuyó un 15 por ciento las ventas en los chiringuitos de playa y entre un 25 y un 30 por ciento el alquiler de sombrillas y hamacas. «Hay gente en las playas, pero nunca habíamos notado tanto que bajara el alquiler de hamacas y sombrillas. Y eso que no subimos el precio desde hace seis años», puntualizó Escandell.

Al mes de mayo hay que sumar los primeros casi 20 días de junio, también flojo en cuanto a la llegada de turistas por dos factores que señalan los empresarios. «No se puede negar que hemos tenido un inicio de temporada complicado yo creo que por la falta de vuelos y sobre todo porque la gente tiene menos dinero y, aunque lo tengas, no te apetece gastarlo por el ambiente de crispación e incertidumbre que atraviesan nuestros dos principales mercados: el español y el italiano», apuntó Juan José Escandell, vocal de Pimeef Restauració en Formentera, que señaló que a nivel de restauración «se ha notado». «Comer es una necesidad, pero al haber tanta oferta gastronómica los restaurantes se resienten. Además, el precio del pescado ha subido entre un ocho y un diez por ciento, igual que otros productos básicos. La subida de precios y que la gente tenga menos dinero no son buena combinación», precisó.

Las causas

En este sentido, la caída del turismo español e italiano (sólo en mayo 25.000 turistas menos visitaron las Pitiüses) se está notando en la pitiusa menor. «El cliente español siempre ha sido de alta calidad porque compraba mucho en las tiendas y eran los que más disfrutaban con la gastronomía de calidad y tradicional. Y eso, por el momento, no se está viendo», precisó Juan José Escandell.

En cuanto a la ocupación, Noelia Ferrer, presidenta de la asociación hotelera de Formentera, aseguró que mayo y junio arrancaron «más flojos que otros años», pero recordó la «excepcionalidad» del verano pasado. «Este año el poder adquisitivo de la gente se ha visto más resentido. La situación económica de España e Italia hace que sea inevitable que se noten las consecuencias en el gasto turístico y en la ocupación», precisó Ferrer, quien señaló que la tendencia a la reducción de turistas para este verano «es inevitable» por el contexto económico nacional e internacional. «Nos esperábamos que sucediera porque ya en 2010 se rozó el 80% de ocupación, que el año pasado se sobrepasó en ocho puntos y eso era lo inusual».

Hacia finales del mes de junio ha sido cuando Formentera ha empezado a recibir las primeras grandes oleadas de turistas. «Confiemos en que repunte el tema. Yo creo que para el 8 o 10 de julio se haya recuperado. Hay que tener en cuenta, además, que somos pequeños y tenemos menos plazas turísticas y, por lógica, tenemos que notar menos la crisis», aseguró el representante de los kioskos y hamacas. El representante de los restauradores explicó que, a diferencia de otros años, el arranque de esta temporada ha empezado realmente cuando «se acabó la escuela en Italia». «Hace dos semanas que los niños italianos no van al colegio y ha sido cuando han empezado a venir las estancias más largas, no tanto de fin de semana, y con gente más tranquila», precisó Juan José Escandell.