Francisco Martínez Espinosa, juez decano de Palma, en imagen de archivo. | Teresa Ayuga

El juez decano de Palma, Francisco Martínez Espinosa, afirma que «los delitos de corrupción deberían estar castigados de forma mucho más grave», en alusión a una hipotética modificación del Código Penal, ya que, según considera, en ocasiones hay «infracciones más triviales que pueden tener una repercusión penal más importante».

En una entrevista a Europa Press, Martínez Espinosa ha considerado que «parece que en este país aún no hay conciencia de lo que es un servidor público y de que el dinero público no es de nadie», ya que «parece que sale a cuenta delinquir».

Por ello, considera que delitos de prevaricación, malversación o falsedad «se deberían castigar con penas más importantes». «Hay esta percepción de la ciudadanía del grado de impunidad y castigo excesivamente leves», señala.

No obstante, rechaza una reforma íntegra del Código Penal actual, aunque menciona alguna mejora, como «adecuar los sistemas de cumplimiento para que sean más ágiles», debido a que, a su juicio, «incrementando las penas en según qué tipo de delitos lo único que haremos será llenar las cárceles de más personas y no conseguir una finalidad resocializadora de esa gente».

En una encuesta publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) el pasado mes de junio, se evidenciaba que los jueces son los profesionales del sector público que menos confianza inspiran a los ciudadanos. «La justicia es un servicio muy desagradecido», opina el juez decano, a causa de «las carencias tradicionales que arrastra desde hace tiempo la justicia».

«LA JUSTICIA NO ES UN SERVICIO PARA HACER AMIGOS»
Además, destaca que se trata de un servicio «peculiar, ya que solo el 50 por ciento está contento con su trabajo». «No es un servicio para hacer amigos», añade Martínez Espinosa, quien señala que para recuperar la confianza en la justicia, tiene claro que se deben tomar «medidas que permitan realmente tener un buen servicio y no actuar de cara a la galería porque, a veces, se ha maquillado este servicio para que el ciudadano tenga una percepción buena, aunque vaya igual de mal».

Por ello, el juez decano de Palma prefiere «que se invierta en justicia y que ésta sea ágil y, si además tenemos la suerte de que el ciudadano valore esto, mejor».