Un sanitario en una camilla, una máscara y una pancarta resaltaron el rechazo de los empleados públicos en la entrada del hospital. | Aina Isabel Garrido

Los trabajadores de la sanidad en Eivissa, personal sanitario y administrativo dsel Servei de Salut de les Illes Balears, han constituido la Plataforma de Ibiza y Formentera por la sanidad pública para expresar su preocupación «por la pasividad que se observa desde todos los ámbitos» y defender el sistema actual que va a «un empeoramiento progresivo que favorece la privatización», según se recoge en el manifiesto que leyó ayer su portavoz, el médico de familia Luis García-Junco Quintana, en la concentración de protesta por los recortes ante el centro de salud de es Viver que acabó con una retención de tráfico.

Los trabajadores del centro de salud y de la unidad de salud mental salieron a la calle para protestar por los recortes y advertir de las consecuencias que van a tener en los ciudadanos. «¿Sabe usted que el traslado en ambulancia no urgente tendrá que pagarlo? ¿Sabe qué no habrá pediatras a partir de las 17,30 horas? ¿Dónde acudirán los padres que trabajan con sus hijos?», se recoge en en el manifiesto que, además de los trabajadores del Ib-Salut, cuenta con el respaldo de organizaciones científicas como el Colegio de Enfermería de les Illes Balears, el Colegio de Médicos y la Sociedad Balear de Medicina Familiar y Comunitaria.

Gasto y quebranto

Los trabajadores sostienen que muchas de las medidas tomadas «no ahorran y quebrantan nuestro eficiente sistema sanitario» como la retirada de la atención sanitaria, a excepción de urgencias, a las personas sin recursos; el recorte de los horarios al cerrarlos a partir de las 17,30 horas; disminuir o eliminar prestaciones como el uso de ambulancias; el copago farmacéutico que supone que «se retiren algunos fármacos útiles y baratos y no se quitan algunos caros y no útiles, ¿quién lo entiende?» y el empeoramiento de las condiciones laborales de los profesionales.

La Plataforma quiere que con estas protestas el Gobierno «se eche atrás en estas medidas y recorte donde tienen que hacerlo, no en la sanidad».

La aplicación de los recortes ya están afectando a los ciudadanos, como asegura García Junco. «Un abuelo con una pensión de 400 euros no le llega ni para comer y encima ahora tiene que pagar medicinas, ya me dirán cómo va a vivir. Los enfermos que tienen que ir a a diálisis y necesitan una ambulancia para el traslado les hacen pagar la ambulancia. Es una aberración, es querer matar a los enfermos y a los ancianos» . Además, sostiene que han aumentando las urgencias por el recorte en los centros de salud. «Es muy triste que se tenga que ver un catarro o una conjuntivitis en las urgencias de un hospital cuando siempre se han atendido en los centros de salud» . García Junco asegura que como médico tiene que atender a sus pacientes siguiendo su código deontológico.