Una veintena de personas han silbado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuando salía del Palacio de Marivent, tras su encuentro estival con el Rey Don Juan Carlos.

El amplio dispositivo policial desplegado --en el que han participado una treintena de policías-- ha cortado el tráfico en todas las direcciones para facilitar la salida del mandatario nacional.

Así, los manifestantes han pitado, pero no han dirigido gritos en contra del presidente. Los concentrados ya habían increpado a Rajoy a su entrada en la residencia de la Familia Real. Portaban una pancarta en la que se podía leer 'Rajoy homófobo: Ninguna Ley debería decir a quién debemos amar'. Algunos ondeaban banderas republicanas y otras con los colores del arco iris. Sin embargo, sólo la primera vez han coreado lemas como «Lo llaman democracia y no lo es» o «Rajoy dimisión».

Este grupo reducido de manifestantes había sido convocado a través de las redes sociales y no ha podido cruzar a la acera de la entrada del Palacio, debido al amplio dispositivo policial desplegado.

Algunos de los organizadores han pedido que se lleven «pitos, cacerolas, 'vuvuzelas' y otros objetos ruidosos para hacer el máximo ruido posible» y para demostrar su «rechazo a las políticas, de desigualdad, a las mentiras, a las farsas ya la hipocresías de un actual Gobierno ilegítimo» y de «un Monarca colocado a dedo por un dictador fascista».

En la convocatoria, han mostrado su desacuerdo «con los niveles de vida a todo lujo» que pagan «todos los ciudadanos» mientras imponen «al pueblo severas medidas de recortes de derechos básicos y fundamentales». Su intención era conseguir «un acto simbólico a ojos de toda España, Europa y el mundo».