Eduardo Puget, ayer en Sant Antoni, minutos antes de la entrevista.

Antes de que empezase la temporada, los empresarios de los restaurantes y cafeterías del Passeig de ses Fonts materializaron una idea que tenían en mente desde hacía muchos años: crear una asociación profesional para colaborar en la resolución de problemas en Sant Antoni y sobre todo «dar más vida» al Passeig de ses Fonts en invierno. Así fue como nació la asociación de restaurantes y cafeterías de esta zona de la localidad portmanyina. Su presidente, Eduardo Puget, explica en esta entrevista cuáles son las intenciones de esta asociación, así como las iniciativas que han puesto en marcha este verano, por ejemplo, la campaña para intentar erradicar la venta ambulante.

—¿Cómo y por qué nace esta asociación?

—Somos los 12 restaurantes que hay en el Passeig de ses Fonts. Hace muchos años que siempre somos los mismos hasta que en esta ocasión hemos decidido juntarnos de una manera más formal.

—¿Qué objetivos se han marcado?

—Queremos intentar reanimar o revivir el paseo de las Fuentes sobre todo en invierno porque consideramos que está muy desamparado y dejado; queremos darle un toque de vida. También nos centramos en colaborar para intentar solucionar los problemas que tiene el municipio y esta zona en verano.

—¿Cuáles serían estos problemas?

—Sobre todo el tema de la venta ambulante, que cada año va a más. También por la noche hay muchos actos vandálicos. Por ello queremos colaborar en todo lo que haga falta para mejorar la zona tanto en invierno como en verano.

—¿Hay algún problema que haya sido novedad este verano?

—Hay bares, sobre todo musicales, que no son del paseo y que contratan a gente para captar a clientes de manera ilegal porque para hacer eso se necesita un permiso. Se ponen un grupo de 12 y van captando clientes. Y también este año hemos notado un aumento de la venta ambulante. Nos dicen que en otras zonas, como Palma, hay muchas más, pero es que no queremos llegar a ese extremo.

—¿Hace falta más seguridad en Sant Antoni?

—Nosotros nos queríamos sumar a la iniciativa de los serenos, pero a raíz del problema legal que han tenido por el momento no lo hemos aplicado. Además considero que se debería recuperar la figura del policía turístico.

—Para intentar frenar la venta ambulante han puesto en marcha una campaña. ¿Qué tal ha funcionado en sus primeras semanas?

—Hay otras zonas que a raíz de conocer la iniciativa se han interesado. Por ejemplo, ses Variades o la misma asociación de comerciantes. Modificaremos el logotipo para adaptarlo a las necesidades de las zonas interesadas porque, por ejemplo, en la playa hay otro tipo de venta ambulante, más de comida y bebida. En un principio no lo queríamos hacer, pero introduciremos texto en inglés.

—¿Es necesario que cambie el turismo en Sant Antoni?

—En mi opinión sí porque está demasiado centrado en la música y en la fiesta. Hay oferta complementaria que nos quedamos fuera del ocio nocturno. Está todo centrado en la noche, la fiesta y la discoteca y los comerciantes y restaurantes nos quedamos fuera porque ya no interesamos al turista que viene. Pensamos en un turista que venga más de día que de noche.

—¿El turismo familiar se ha perdido o se está perdiendo en Sant Antoni?

—En comparación con otros sitios, como Santa Eulària, el turismo familiar lo hemos perdido completamente. El turismo joven de fiesta es incompatible con otro tipo de turista. De hecho a una familia no la puedes meter en el West End.

—¿Hacia donde cree que deberían dirigirse los esfuerzos para atraer otro perfil de turista?

—Lo que se debería hacer es intentar hacer cumplir la normativa para que Sant Antoni no sea el desmadre que es. Así podríamos tener un turismo de fiesta, pero civilizado, y se podría intentar atraer a familias aunque fuera a otras zonas del municipio.