Una de las zonas del litoral del Santa Eulària habilitada para canes.

Aunque sean buenos y divertidos animales de compañía, los perros, por ley, no son aptos en todas las playas de la Isla. Si los dueños infringen la legislación pueden llegar a pagar multas de hasta 300 euros. Además también están obligados a quitar las deposiciones de sus animales en cualquier espacio de Eivissa.

Por petición del grupo defensor de los derechos de los animales, Renace Natura, que pidió al Ayuntamiento de Santa Eulària fórmulas para que los perros tuvieran lugares donde bañarse sin problemas y sin infringir la ley, la institución ha habilitado dos zonas de costa en la población donde está permitido el baño de los perros. Una es la pequeña playa de es Faralló, con unos 20 metros habilitados; y la otra son 10 metros de costa de uno de los laterales de la desembocadura del río.

La novedosa medida permite el baño a los animales de compañía siempre y cuando la zona se mantenga en todo momento tranquila, segura y limpia para los demás usuarios. Los propietarios de los perros deberán evitar la suciedad o los daños provocados por sus animales en estas dos zonas.

Según la sociedad ibicenca las playas para perros eran «muy necesarias» para contentar a todo el mundo ya que lo más molesto de estos animales en las playas y calas de Eivissa es que «son muy activos y corretean cerca de los bañistas levantando mucha arena». Otra queja de los amantes del verano es que las playas están más sucias cuando las frecuentan perros ya que «en el mar hay pelos flotando» y muchos hacen «sus necesidades en la arena».