Salvador Murgia, el responsable de la fiesta de los tambores, en la playa de Benirràs. | ANA ISABEL GARRIDO SANCHEZ

La venta ambulante de comida y bebida provoca suciedad en la playa y las intervenciones de los agentes uniformados terminan siendo abucheadas por los asistentes a las fiesta de los tambores. Ante estos hechos más que comprobados por quienes trabajan o frecuentan Benirràs, los organizadores de la fiesta de los tambores y la policía de Sant Joan han comenzado a colaborar con el objetivo de erradicar la venta ambulante que se había masificado en los últimos años, sobre todo los domingos, cuando tiene lugar la famosa puesta de sol, que se ha convertido en un multitudinario atractivo turístico.

Las denuncias de PSOE-Pacte con las imágenes de la playa totalmente sucia, un lunes a la mañana, antes de que lleguen los servicios de limpieza, hizo reaccionar a los organizadores de la fiesta que junto a la policía han ideado «un sistema para que todo esto se termine». Es más, la fórmula da resultado y desde hace dos domingos la playa está «tranquila» sin vendedores ambulantes y la producción de basura se ha reducido «en un 70%».

Son las palabras del responsable de los tambores de Benirràs, Salvador Murgia, un italiano residente en la Isla que lleva 20 años como tamborilero y es uno de los integrantes originarios de la fiesta. «Nuestro interés es que todo el lucro que se hace detrás de los tambores se elimine. Queremos venir aquí y tocar con una puesta de sol fantástica y en una fiesta emblemática, sin que nadie se aproveche. Por eso hay una colaboración con la policía», explicó.

De bocatas a drogas

Según Murgia, «el sistema» consiste en impedir el acceso de los vendedores que llegan a la playa por la mañana para instalarse y preparar la venta que hacen al atardecer. «Es más efectivo no esperar a que se amontone todo el mundo y frenarlo por la mañana pronto. Uno a uno se les ha explicado la situación y han entendido que ya no es posible hacer venta ambulante. Ha habido alguno que se ha puesto un poco nervioso, pero con la autoridad presente han entendido que esto en Benirràs se acabó», agregó Murgia.

La venta de comida y bebida se había desmadrado y se ofrecía desde bocatas y cervezas, hasta chupitos de tequila, tortillas, mojitos y un largo etc, sin olvidar las drogas. «Porque además de bebida y comida también hay droga. Ellos colaboran para que estos productos no se vendan y nosotros participamos con policía y guardia civil de paisano», explicó, por su parte, el coordinador de la Policía Local de Sant Joan, Juan López.

Este agente detalló que la colaboración con la organización de la fiesta permite que los agentes no tengan que entrar uniformados a la playa ni actuar a la «busca y captura», lo que provocaba el rechazo y abucheos de los asistentes a la playa, alentados por el anonimato de la multitud. «Esto tiene que organizarlo el Ayuntamiento en todos los aspectos», insistió López, que destacó que todos los problemas se concentran los domingos «porque la mayoría de la gente se cree que solo ese día se hace la fiesta» cuando los tambores durante el verano en Benirràs suenan «todos lo días».

Reducida la práctica de la venta ambulante, López recuerda ahora que «también hay que buscarle una solución al problema del tráfico». «Hay que buscar otra alternativa porque no podemos estar toda la policía y la guardia civil controlando. Queremos que poco a poco se organice porque no solo aquí hay trabajo», concluyó.