El expresidente Jaume Matas y su esposa Maite Areal. | Reuters

El expresidente del Govern balear Jaume Matas comparecerá de nuevo, a partir de las 10,00 horas hoy, ante el juez instructor del caso Palma Arena, José Castro, en una vistilla en la que las acusaciones -la Fiscalía y la Comunidad Autónoma- concretarán las imputaciones que pesan sobre el exministro en el marco de la pieza que apunta a que el propietario de la cadena hotelera Grupotel, Miquel Ramis, dio empleo a la esposa del exdirigente del PP, Maite Areal, como «dádiva» en favor de Matas.

Unos trabajos por los que Areal habría cobrado 60.000 euros brutos durante 2007, pactados de forma verbal y sin la existencia de un contrato laboral de por medio, tal y como postulan las investigaciones. Después del turno del Ministerio Público y de la acusación particular, el letrado de Matas, Antonio Alberca, manifestará lo que estime oportuno en su defensa y podrá instar el sobreseimiento de las pesquisas, si así lo considera.

En sus intervenciones, tal como establece el artículo 25 de la Ley del Tribunal del Jurado, que será el encargado de enjuiciar los hechos por ser constitutivos de un presunto delito de cohecho -uno de los ilícitos penales competencia del jurado popular-, las partes podrán solicitar las diligencias de investigación que estimen oportunas, sobre las que posteriormente resolverá el juez.

Se trata de la segunda vez que el expresidente del PP balear se verá las caras con el juez Castro después de que fuese condenado por la Audiencia Provincial de Palma a seis años de cárcel y nueve de inhabilitación por los pagos irregulares abonados, con fondos públicos, al periodista que redactaba sus discursos. La primera vez fue el pasado 17 de mayo, cuando se acogió a su derecho de no declarar en torno a las contrataciones del Govern con el Instituto Nóos.

Cabe recordar que dentro de esta pieza, el propietario de Grupotel admitió que en 2007 dio empleo a Areal a petición de Matas, recordando que ésta cobró por ello 60.000 euros brutos durante ese año. Y es que, según recordó, después de que el exjefe del Ejecutivo autonómico le solicitara un puesto para su mujer, se creó una plaza para ella como relaciones públicas por un año, aunque negó que se hiciese como un «regalo».

El empresario manifestó que Areal no tenía un horario determinado ni tampoco despacho en el hotel Valparaíso, pero defendió que la producción del establecimiento durante ese año se incrementó de forma notable respecto a otros periodos. Un hecho que, sin embargo, no atribuyó al trabajo desarrollado por la mujer de Matas, de quien apuntó que no controlaba si su trabajo era fructífero.