Las autoridades ayer en Can Botino con la réplica de San Blas que la alcaldesa tendrá en el despacho.

El Ayuntamiento de Eivissa estrecha lazos con la ciudad de Dubrovnik (Croacia) con el inicio de los trámites de hermanamiento que ayer anunció la alcaldesa de Vila, Marienna Sánchez-Jáuregui, acompañada del alcalde de esta ciudad croata Andro Vlahušic; la concejala de Cultura de Vila, Lina Sansano; el embajador de Croacia en España, Neven Pelicaric, y el cónsul croata en Balears, Miquel Capellà.

Según informó Sánchez-Jáuregui, la decisión de hermanarse con esta ciudad viene motivada por los rasgos que comparten: «Son dos ciudades Patrimonio de la Humanidad (Dubrovnik en el 79 y Vila en el 99), ambas tienen mar y su principal actividad económica es el turismo. Dubrovnik tiene 45.000 habitantes, una cifra similar a Vila».

La alcaldesa explicó, además, que el hermanamiento servirá para compartir «problemas, soluciones, ideas e intercambiar impresiones». Según explicó, los trámites arrancan con un informe de la Concejalía de Cultura, que será aprobado por la comisión de este área y posteriormente deberá ser aprobado en pleno. Esta ciudad de Croacia será la segunda ‘hermana’ de Vila, pues la ciudad cuenta con un hermanamiento previo con la ciudad de Campeche (México) en 2004.

Esta buena relación entre ambas ciudades quedó patente con la donación de Dubrovnik de una imagen de San Blas, patrón de esta ciudad y de Croacia, tallada en granito y de 40 kilos de peso que estará en la capilla de los ragusinos de la iglesia de Santo Domingo. El obispo de las Pitiüses, Vicente Juan Segura, bendecirá esta imagen a las siete de la tarde de hoy.

Los inicios

La historia común de Vila y esta ciudad croata se remonta al siglo XVI, cuando los comerciantes de Ragusa (antigua Dubrovnik) en sus múltiples viajes a la Isla financiaron la construcción de una capilla con una imagen de San Blas en la iglesia de Santo Domingo. «Entonces, cuando venían a comerciar a Eivissa con la sal oraban a su patrón y escuchaban misa», precisó Sánchez-Jáuregui. Esta imagen, sin embargo, fue destruida durante la Guerra Civil. A este obsequio hay que sumar una réplica que la alcadesa tiene en su despacho «para proteger al Ayuntamiento y a la ciudad», según apuntó, pues San Blas simboliza la protección. En este sentido, el alcalde de Dubrovnik se mostró muy contento por la bendición de la imagen y por el inicio de los trámites de hermamiento. Destacó, además, que la fiesta de San Blas, que se celebra el 3 de febrero, es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco y que se celebra desde hace 1.040 años a pesar de los problemas y guerras que ha vivido la ciudad.