El establecimiento ubicado en Can Malacosta busca convertirse en un mercado artesanal. | ANA ISABEL GARRIDO SANCHEZ ANA I

La Asociación de Vecinos de Santa Gertrudis y la Asociación de Comerciantes y Hosteleros de Santa Eulària se oponen a que el Consell conceda la declaración de interés general que pide la sociedad Aikane S.L, para instalar un mercado artesanal y artístico en la finca Can Malacosta, en Santa Gertrudis. Se trata del establecimiento donde anteriormente funcionó la polémica discoteca La Diosa y en el que ahora se ubica una conocida tienda de decoración y diseño. Debido a que se encuentra en suelo rústico, los promotores buscan la declaración de interés general, única fórmula que les permitiría ampliar su licencia de restaurante y sala de fiestas con la actividad complementaria de mercadillo.

Según se indica en el expediente que tramita desde 2009 la Comisión Insular de Urbanismo y Patrimonio (Ciotupha) y que actualmente está en exposición pública, no solo los vecinos y comerciantes se oponen. También lo hace la Direcció General de Comerç del Govern, con un informe desfavorable. Entre sus argumentos, la institución balear destaca que la Ley 11/2001 «prohibe la implantación de establecimientos comerciales en suelos que no tengan carácter urbano consolidado».

Por su parte, el Ayuntamiento de Santa Eulària presentó tres informes (técnico, razonado y jurídico), pero dejó la decisión en manos de la Ciotupha. Así lo acordó la Junta de Gobierno por unanimidad, después de que la arquitecta municipal asegurara que, por «falta de información y documentación», no puede pronunciarse acerca de si la actuación se ajustaría a la Ley de Suelo Rústico.

El escrito técnico informa que la parcela es de 43.923 m2, y está clasificada en el Plan Territorial Insular (PTI) como suelo rústico no urbanizable, edificada como suelo rústico común y parcialmente calificada como suelo rústico protegido. La construcción del local principal data de 1970 y ocupa 1.862 m2, repartidos entre usos hoteleros, de almacén y vivienda.

El informe también señala que el PTI prohibe determinados usos en suelo rústico, «y que en ningún caso podrá autorizarse la implantación de actividades ya existentes» relacionados con usos incluidos en el «nomenclátor de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas», como es el caso de los establecimientos que «presten en el mismo local» servicios de restauración, entretenimiento y sala de fiestas.

Asimismo, destaca que «deberían resolverse los accesos de entrada y salida de la parcela», documentación que no se aporta, según el informe, y señala que no es posible «informar acerca del cumplimiento de la normativa en vigor» porque aunque la memoria señala que el proyecto se desarrollará en las edificaciones existentes, «no se puede comprobar su legalidad al no aportar cuadros de superficies ni datos relativos a la misma».

«Disconformidad»

El informe adjunta los escritos de la asociación de vecinos y de comerciantes, expresando su «disconformidad» con el proyecto.

Por un lado, la Asociación de Vecinos de Santa Gertrudis argumenta que no es de «interés público» y que supondría «un perjuicio para el tejido comercial» e incluso «una competencia deseal». En el mismo sentido se pronuncia la Asociación de Comerciantes y Hosteleros que se opone «rotundamente» a esta declaración porque los tres mercadillos existentes en el municipio [Las Dalias, es Canar y Punta Arabí] «son más que suficientes», y su apertura «perjudicaría la ya precaria situación del comercio». «Este tipo de mercadillo no creemos que sean compatibles con el comercio de calidad que todos deseamos y son una competencia desleal para nuestras empresas», señalan la agrupación.

Aún así, será la comisión de urbanismo y patrimonio del Consell, la que tenga la última palabra.