Terrados habló ayer en el el curso sobre biodiversidad marina organizado en el Centro de Interpretación del Mar de Sant Antoni de la importancia que tiene esta especie declarada Patrimonio de la Humanidad. | Sergio G. Cañizares

Jorge Miguel Terrados ofreció ayer una conferencia sobre la conservación y la protección de las praderas submarinas de posidonia en el marco del curso de ‘Biodiversidad marina mediterránea’ que se llevó a cabo en el Centro de Interpretación del Mar.

—¿Cómo hay que conservar la posidonia? En los últimos años estamos viendo muchas agresiones con las anclas de los barcos.

—La posidonia oceánica tiene una gran importancia ecológica, hay que insistir en la fragilidad de este ecosistema porque es una especie que crece muy lentamente y es muy sensible a las perturbaciones ambientales. Su capacidad de recuperación es muy lenta. La mejor estrategia de conservación es no causarle daño. Hay múltiples actividades humanas que afectan a la posidonia y una que ha sido bastante evidente este verano y el anterior es la polémica de los fondeos.

—¿Los fondeos son ahora mismo la mayor amenaza sobre la posidonia?

—Hay un rango de amenazas. Los fondeos son causa de pérdida de pradera en zonas concretas donde se acumulan las embarcaciones recreativas. Porque claro, los barcos no van a todas partes, hay que pensar que casi todo nuestro litoral está rodeado de praderas de posidonia y hay unas zonas concretas, que son las que todos conocemos, que son populares para el baño y que registran afluencia de embarcaciones recreativas. Es en estos lugares donde el fondeo es un problema grave. Hay otras zonas donde no van los barcos y donde hay otros problemas que pueden ser más generales, como cambios en la calidad del agua, calentamiento del mar o proliferación de algas invasoras. El fondeo afecta a calas concretas, lo que pasa es que hay muchos puntos en todo el litoral balear donde se produce esta perturbación.

—¿Se están tomando las medidas adecuadas por parte de las administraciones?

—Se están tomando algunas. En algunas zonas protegidas como Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) de la Red Natura 2000 sí que se han puesto boyas ecológicas que no dañan la pradera y se está reduciendo la perturbación, pero hay muchos otros puntos del litoral donde no se está haciendo nada. Esto tiene un coste y yo entiendo que quizás las administraciones no tienen los recursos suficientes para proteger la posidonia en todas las calas y en todos los lugares y tal vez habría que buscar fórmulas para que esto sea viable económicamente. Tal vez no la Administración pública, que no lo puede hacer, pero sí la iniciativa privada.

—Claro, se puede cobrar por el uso de boyas ecológicas, ¿no?

—Sí, de hecho yo hice un estudio el año pasado sobre el grado de aceptación social que tendría esta medida y cuando realmente hablas con el navegante mayoritariamente están a favor del uso de las boyas ecológicas e incluso de pagar una tasa por ese uso. Entiendo que si explicas los beneficios ambientales de cualquier regulación y que eso tiene un coste la gente lo entiende y lo apoya. Que no es un coste para hacer negocio, sino para mantener este sistema y ese beneficio ambiental.

—¿Ahora mismo qué otras amenazas aparte de los fondeos existen en Eivissa y Formentera?

—La tendencia al calentamiento del agua, que puede causar mortalidad de la posidonia; las especies invasoras, que es algo que el hombre directamente no ha introducido pero que se está extendiendo como consecuencia de todo el cambio global y los vertidos puntuales de aguas residuales que aportan nutrientes y reducen la transparencia del agua. Los emisarios son motivos de pérdida de pradera.

—¿Se está conservando peor aquí que en otros puntos de Balears?

—No, la Administración está haciendo lo mismo. De hecho aquí en Balears es donde la posidonia está en mejores condiciones. En el litoral valenciano y catalán está mucho peor.

—¿Por qué es tan importante la posidonia?

—Es un ecosistema muy rico en especies, mantiene la diversidad marina y va bien para el funcionamiento normal y saludable de los ecosistemas marinos. Contribuye a filtrar el agua para que sea más transparente y tenga menos nutrientes. Estabiliza los fondos, protege la línea de costa, frena la erosión y es un sumidero importante de carbono. Con la situación actual de aumento de las emisiones de CO2 es de las especies que más contribuye a secuestrarlo. Todo esto son funciones muy importantes que realmente no se valoran. La calidad del agua es un bien en el que se basa el turismo, que es el principal motor de la economía. Cada vez existe más concienciación, pero hay que seguir insistiendo porque cualquier medida de gestión ambiental para que sea efectiva tiene que ser aceptada por la sociedad y para eso lo fundamental es conocer los beneficios que tiene.

—¿Las sanciones a los infractores que dañan la posidonia son suficientes?

—Yo no entro ahí, eso lo que diga la legislación.