Julián Vilás ha fallecido hoy a los 82 años de edad | Irene G.Ruiz

El Govern ha expresado su pésame y pesar por la muerte del cirujano traumatólogo Julián Vilàs Ferrer, fundador de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario de Vila, que ha fallecido hoy a los 82 años de edad tras una larga enfermedad.

Según ha expresado en un comunicado el Govern, desde la fundación de la policlínica en 1969 o como jefe de servicio de cirugía del Hospital de la Seguridad Social en Eivissa a partir del 1971, Vilàs se caracterizó por contribuir a mejorar los servicios asistenciales clínicos de las Pitiüses.

De hecho, la apuesta clara por la modernización y la innovación continua desarrollada por Vilàs en beneficio de sus conciudadanos le hizo merecedor del Premio Ramon Llull en 2004. señala la nota.

El Govern, como muestra de agradecimiento y reconocimiento, le concedió esta distinción por sus méritos en el ámbito de la medicina, galardón que se añadió a otros premios como la Medalla de Oro del Colegio de Médicos y la distinción de Ibicenco del Año

Julián Vilás Ferrer, nacido en Eivissa en 1930, se doctoró en medicina por la facultad de San Carlos de Madrid, y se especializó en cirugía general, traumatología y ortopedia. Decidió ejercer su profesión en la isla a pesar de tener ofertas para trabajar en Barcelona. Ante la falta de oferta profesional que existía en Eivissa, el doctor Vilás decidió abrir su propia clínica en 1958 en la Avenida de España de Vila, que contaba con siete habitaciones, un quirófano, un despacho y una sala de esterilización. Once años después, se inauguró la Policlínica en su actual ubicación, con una plantilla de tres médicos y tres ATS, más cuatro monjas que se unieron al equipo.

Cuando en 1971 se inauguró el hospital ambulatorio de la Seguridad Social, fue nombrado primero jefe del servicio de cirugía y después director gerente del mismo, ocupando posteriormente este mismo cargo en el hospital Can Misses, donde trabajó durante años.

Tras 17 años jubilado en los que se le podía ver debatiendo casos con los profesionales de su centro a los que quiso dejar paso, deja en Eivissa el legado de la Policlínica, con más de 350 trabajadores, a la que quiso dotar del personal y equipamiento necesarios para que la atención a los pacientes fuera igual a la de "cualquier capital de provincia".